domingo, 23 de octubre de 2016

Especial "Japandolid": Taberna Wabi Sabi

Esta entrada debería haber estado realizada hace año y medio, pero como se me estropeó el móvil y me desaparecieron las fotos, he tenido la oportunidad de visitarlo en varias ocasiones, siendo la última vez con familia incluida (es decir padres y suegra de mi hermano) con ciertas reticencias al sushi, con lo que los miembros de Gourmets en Acción buscamos un menú que, siendo muy japonés, buscase productos que fuesen apetecibles a todos los paladares.

Antes que nada, hablar un poco de la taberna Wabi Sabi. El local está dividido en dos plantas: la de arriba para picoteo (por cierto, impagable el póster japonés de Harry el Sucio)  y la de abajo para el restaurante. Quizás la parte del restaurante no tenga ese aspecto tan exclusivo que puedan tener el Nippon o el Suite 22, pero una de las cosas que más gustan son los peces de origami que cuelgan del techo.

Bueno pues sin más dilación pasemos al menú:



Empezamos con un clásico que suele gustar tanto a los aficionados a la comida japonesa como a los que no: Gyozas. Las de la foto superior son las de cerdo e iban fritas, mientras que abajo son las típicas de pollo al vapor. Fue un plato muy agradecido por todos los comensales,aunque las preferidas fueron las de pollo. De los seis que estábamos cinco habíamos podido probar las maravillosas gyozas de Lou en Tokio, que se han convertido en el Gold Standard,y éstas pasaban con nota alta.


Pasando al apartado de sushi, uno de nuestros preferidos es el Nigiri Tamago. Como su propio nombre indica es un Nigiri de huevo de codorniz al que le añaden un poco de trufa. Si no te gusta el sushi, este lo podrás comer sin problemas. Una muestra de sushi "tonto" pero magnífico en su ejecución.


Otro sushi que suele gustar a los que no aprecian esta forma culinaria son los tempurizados. En este caso fuimos con un Maki Panko, que es un tempurizado de anguila con tempura en panko (más conocido como pan japonés). Una magnífica pieza muy apreciada por los neófitos que no da la sensación de "pescado crudo" que alguna gente aborrece y una pieza apreciable a aquéllos que gustan del estilo japonés.


Dentro del apartado de los "sushi fusión" me sorprendieron con dos piezas que no había probado: Los nigiris de Vieira al pesto y los de Salmón flambeado. El que más me sorprendió fue el de Vieira, aunque los dos estaban a un gran nivel. Es muy de agradecer este tipo de platos que me retrotraen a los magníficos sushis de autor del Miyama, del Doki Doki o del Inari. Pasan con muy buena nota.


Si hay algo del menú por el que vuelvo una y otra vez al Wabi Sabi es, sin duda, por el Okonomiyaki. Este plato conocido como "pizza japonesa" (aunque se asemeja más a una tortilla) suele gustar bastante al que cree que lo japonés es sólo sushi. En la versión de Wabi Sabi se incluye como ingredientes fuertes el bacon y las gambas. Comerlo lo lleva a uno de vuelta al Nishiki Warai de Kyoto o al Ginza Lion Akihabara de Tokio. Lo único que echo de menos, la plancha caliente y las paletas. Vuelvo a decir que es de agradecer un sitio en Valladolid con Okonomiyaki y, desde este blog, retamos a la gente de cocina del Wabi Sabi a realizar más variantes de este plato; estamos dispuestos a probar lo que se les ocurra.


Una clásica tempura de verduras que no destacaba respecto a otras tempuras que hayamos probado pero que, sin duda, estaba bastante bien. Los que más agradecieron este plato fueron los comensales menos aficionados a este estilo de cocina que suele gustar a todo el mundo. He de decir que cuando tomé la foto se había comido la mitad del plato, así que la imagen es un poco pobre.


El ebi-frie con mayonesa al wasabi es la interpretación japonesa de la "gamba con gabardina", eso sí, con un rebozado mucho más fino. Lo que sorprende de este plato es la mayonesa al wasabi, que da un punto picante pero sin abrasar el paladar, lo que lo hace aún más suculento.

En cuanto a los postres:


Un muy buen coulant de chocolate que, por suerte, no era excesivamente amargo, lo cual agradecí.


Una simpática tempura de plátano con helado que estaba francamente bien.


Unas sabrosas Gyozas crujientes de manzana, o la reinterpretación de la tarta de manzana con helado.


Y, como colofón, unos mochis de cheese cake donde hasta los adornos de tierra y las setas son comestibles. Este postre siempre llama mucho la atención por su presentación, siendo los mochis bastante buenos.

El servicio fue bastante ágil (aunque te advierten que el Okonomiyaki tarda 20 minutos en hacerse) aunque se despistaron un poco a la hora de la cuenta y tardaron un poco más, pero nada que empañase la estupenda comida.

Y, como marca de la casa, ponemos la minuta:

Como se puede ver, salimos a menos de 25€ por cabeza, lo que es un buen precio para un japonés.

En definitiva, el Wabi Sabi es el restaurante japonés del que no saldrá con hambre la persona que no le gusta la comida japonesa (o eso cree si por comida japonesa sólo ve sushi y sashimi).

Ficha:

Taberna Wabi Sabi
C/ Comedias (esquina Plaza Martí y Monsó)
47001 Valladolid
Tlf: 98353233
Web: www.tabernawabisabi.es
Una cosa muy buena que tienen es que las reservas de mesa se pueden hacer por Internet y ofrecen productos para llevar.

Lo mejor: El Okonomiyaki y el nigiri tamago.
Lo menos bueno: Sus tartares no son de los mejores (y qué más da teniendo el Okonomiyaki).
Precio: 25€ por persona

Especial Japandolid


viernes, 21 de octubre de 2016

Buscando la mejor hamburguesería de Valladolid (XXXII): El Gachy

Aunque la cosa esté un tanto parada últimamente seguimos con nuestra búsqueda, que en esta ocasión nos llevó hasta Aldeamayor de San Martín para visitar El Gachy, al que resulta muy fácil llegar ya que está a tiro de piedra desde la autovía Valladolid-Segovia.

El local separa la zona de la barra de la parte de las mesas donde se comen los hamburguesas u otros platos de la carta como raciones, pizzas y perritos, que por cierto tenían muy buena pinta, por lo que resulta mucho más agradable comer si el bar está lleno.



Como no podía ser de otra manera, probamos la Hamburguesa Especial Gachy, que lleva lechuga, tomate, cebolla, beicon, queso y huevo. No tardé en liarla porque ya al primer mordisco la yema se me desparramó por la mano y el plato, aunque tuve suerte al conseguir no mancharme la ropa. En fin, centrémonos en la hamburguesa. Me pareció algo escasa de carne, que pese a no ser casera tenía buen sabor. El resto de ingredientes estaban bastante bien ya que parecían bastante frescos, destacando el huevo ya que estaba muy rico. Si acaso, el beicon pasó demasiado de puntillas, un hecho bastante habitual ya que suele quedar tapado por el sabor de los otros elementos. El pan, muy bien también, aguantó sin partirse hasta el final. Hubiera agradecido que hubieran añadido unas patatas fritas, pero supongo que esperan que si alguien las quiere, se las pedirá aparte.

En definitiva, la hamburguesa está rica y su precio está muy bien, ya que varía entre los 3 euros de la más sencilla a los 4,20 de la especial. En lo que respecta al servicio, me pareció algo serio al principio, pero no tardaron en demostrar que no les cuesta sonreír y hacer que la gente se sienta como en casa.