lunes, 23 de marzo de 2015

Restaurante Apóstol - Cacabelos

La última vez que estuvimos en Ponferrada no pudimos aprovechar la gastronomía de la zona todo lo que quisimos, así que teníamos la obligación moral de volver. En esta ocasión, nos acercamos a Cacabelos para comer en el Mesón Apóstol, un restaurante muy frecuentado por los peregrinos del Camino de Santiago... y por mucha gente más. Jugamos con fuego intentando ir sin haber reservado y nos acabamos sentando a la mesa una hora después (nos avisaron de ello cuando llegamos). No sólo sufrimos la espera, sino que parte de los platos de los menús se habían acabado, así que nos quedamos sin comer botillo.

Se puede comer a la carta, pero la mejor opción son los menús que están a muy buen precio y uno no se queda con hambre.



El desfile de primeros platos empezó con unos chichos con patatas. Los chichos son un alimento que cambia de nombre con la zona. Para mi siempre serán jijas, pero ya no me resulta extraño verlo como chichas, picadillo, zorza... En fin, yendo al grano la verdad es que estaban muy buenas. Queda claro que no es un plato precisamente complejo, pero en ocasiones se encuentran muchos trozos de grasa y éste, afortunadamente, no fue el caso.



No podía faltar entre las elecciones el pote gallego. Para mi gusto le faltó un poquito de "material", pero de sabor estaba espectacular.



Por último, pedimos unos feixós rellenos de setas con queso de cabra. Me hubiera podido comer cincuenta de estos. En un principio me dio miedo que el queso de cabra se pudiera comer todo el sabor, pero nada más lejos de la realidad. Todos los sabores se notaban en su justa medida.



Los segundos comenzaron con el rabo de toro. No era un plato especialmente grande en cuanto a carne, pero estaba bastante bueno.

Por cierto, las patatas en todos los platos son de nota: caseras y de calidad.



Otra de las elecciones fue la chuleta de ternera. De un tamaño bastante respetable, eché en falta un poquito más de sabor. No es que fuera malo, ni muchísimo menos, pero supongo que nos hemos acostumbrado a comer muy buena carne. Eso sí, como parte de este menú, es una opción muy aconsejable.



Como no había chuleta para todos los que la pedimos, la otra opción de carne fue el entrecot. La valoración es la misma que la de la chuleta. Buena carne, pero no excepcional.



El último plato principal fue la lasaña de berenjenas y ternera. La lasaña me encanta, pero no acababa de ver claro lo de las berenjenas. Al final la pedí porque el compañero que nos llevó al restaurante dijo que estaba muy buena. Aunque él tenía razón, se quedó muy corto en su valoración, ya que estaba impresionante.



De postre empezamos pidiendo la tarta de queso. Casera y muy muy dulce, recibió las alabanzas de todos los comensales, aunque me quedó con la frase de uno de ellos: "Ojalá me pudiera bañar en ella".



El flan que pedimos estaba correcto, pero no me emocionó.



Para terminar, acabamos pidiendo feixós con chocolate. Como el chocolate no es lo mío ni me acerqué, pero mis compañeros dijeron que estaba buenísimo, así que fue un gran acierto.

Sin contar la lógica espera inicial, quedamos muy contentos con este restaurante. La comida está bastante buena y el precio, de 20 euros por persona por un menú más un vino a mayores, es muy atractivo.


Además, el trato de los camareros, por lo menos el de los tres que nos atendieron, fue excelente. Incluso, estuvimos hablando sobre vinos un buen rato con uno de ellos, que además era el jefe.


Ficha:

Restaurante Apóstol
c/ Santa María, 29
24540, Cacabelos (León)
Tlf: 987 54 91 89
Web: Apóstol


Lo mejor: por alabanzas recibidas, la tarta de queso, aunque hubo muchas cosas muy buenas.
Lo menos bueno: que se acabase el botillo
Precio: 20€ (menú más vino a la carta)

lunes, 16 de marzo de 2015

Restaurante El Redebal - Segovia

Continuando con nuestro fin de semana en Segovia, no quisimos dejar pasar la oportunidad de comer cochinillo, así que en esta ocasión fuimos al restaurante El Redebal, donde sirven el menú típico segoviano (judiones y cochinillo). No es fácil encontrarlo de primeras, ya que está en una bocacalle de Juan Bravo, pero a poco que se vaya con cuidado, no será un problema.

En fin de semana es mejor reservar, para no llevarte un susto, y si te dan mesa para el segundo turno, puedes tener que esperar un buen rato más del inicialmente previsto. Pero bueno, son cosas que es lógico que pasen. Mientras se hace tiempo, uno puede entretenerse con las frases que decoran las paredes y demás, que seguro que no dejan indiferente a nadie.



Se puede pedir a la carta, pero como lo que queríamos comer estaba en el menú típico, ¿para qué pensar más?



Empezamos con los Judiones con almejas. Aunque en la foto no se vean, había dos o tres almejas sepultadas bajo los judiones. No son muchas, pero como tampoco eran el objetivo, no hay ninguna queja. En cuanto a los judiones, estaban bastante bien de sabor, aunque se me hicieron un poco secos.



También pedimos unos Garbanzos con langostinos... que si lo llegamos a saber, hubiésemos pasado. Estaban duros (por lo menos yo no estoy acostumbrado a que estén así) y tampoco es que el sabor enamorase.



La Sopa castellana sin embargo, estaba muy buena. Casi como hecha en casa.



De segundo todos pedimos Cochinillo asado. No había ninguna duda al respecto. El sabor era rico, pero la cantidad de grasa que encontramos bajo la piel, parece indicar que era más viejo que los cochinillos de los mejores sitios. Me hubiese gustado también que la piel estuviese más crujiente, pero esto puede haber sido debido a comer en el segundo turno.

Con esto no quiero decir que no merezca la pena, ya que por el precio del menú, la calidad ofrecida es suficiente.



Los postres no van incluidos en el precio del menú, pero quisimos acabar con un dulce nuestro periplo por Segovia. Las Torrijas de chocolate con las que empezamos eran bastante buenas. La primera vez que probamos una torrijas así.



La Tarta de queso con chocolate blanco estaba espectacular. Una elección obligatoria para los amantes de lo dulce.

Y así terminamos un fin de semana diferente. Pese a lo que pueda haber parecido, no salimos descontentos del restaurante. La comida, sin ser espectacular, no dejó una mala sensación calidad/precio, y el servicio, pese a ser en ocasiones bastante lentos (y no me refiero a que tarden en traer el cochinillo, cosa normal) lo compensaba con su cercanía.


Ficha:

Restaurante El Redebal
Plaza de La Alhóndiga, 6
40001, Segovia
Tlf: 921 46 17 23
Web: El Redebal


Lo mejor: la tarta de queso con chocolate blanco
Lo menos bueno: los garbanzos con langostinos
Precio: 20€ (17,50 el menú más el postre)

miércoles, 11 de marzo de 2015

Restaurante Narizotas - Segovia

Con motivo de la celebración de la XXIII Semana de Cocina Segoviana, no pudimos resistirnos a pasar el fin de semana en esta encantadora ciudad. Por supuesto, tuvimos tiempo de hacer un poco de turismo (ya conocemos la ciudad, pero siempre está bien darse una vuelta) y disfrutar de sus tapas, pero, durante estas jornadas gastronómicas, varios restaurantes de la ciudad ofrecen menús especiales que queríamos probar.

Nuestra elección fue el restaurante Narizotas, cuyo local siempre vemos en la calle peatonal por la que andamos desde el acueducto hasta la Plaza Mayor.



El menú empezó con el Rulo de salmón ahumado relleno de ventresca y queso cremoso con hilos de salsa tártara. Estaba bastante bueno, aunque igual predominaba demasiado el sabor del salmón.



Seguimos con la Deconstrucción de tortilla de patatas y bacalao al "ajo arriero" sobre confitura suave de tomate. Las deconstrucciones de tortilla nunca me han convencido, y este caso no ha sido una excepción. Un plato rico, pero sin más.



Después fue el turno del Buñuelo templado de crema de chipirones y gambón salvaje de la Patagonia y reducción de "Cube Laturre". Muy rico, pero como se ve, bastante escaso. Pero bueno, es normal en los menús de degustación.



A continuación, sirvieron un Vasito de Purrusalda con carbonara de secretos de ibérico y boletus. Fue escogido, casi de manera unánime, como lo mejor de la cena. Sencillamente espectacular.



Como pescado principal había Suprema de merluza al horno aromatizada con crema de nécoras sobre crujientes de la huerta segoviana. El otro gran triunfador de la noche. Tanto el pescado como la crema estaban riquísimos.

Después del pescado sirvieron un Sorbete de tutti frutti. En ese momento tuvimos un pequeño percance y se me olvidó sacar la foto, pero en cualquier caso no es algo que destacó ni por lo bueno ni por lo malo.



El último plato antes de los postres fue el Solomillo de Kobe a la plancha con sal ahumada. Si el pescado fue la cara, la carne fue, sin duda, la cruz. Lo dejaron al punto que pidió cada uno, pero esperaba muchísimo más de una carne con tanta fama.



El postre fue Pastel del Galés Edgerton Driscol. Como no nos explicaron qué era cada cosa, deduzco que el pastel es lo de la izquierda de la foto, mientras que lo de la derecha era un helado de frutos rojos o similar. Ambos estaban muy buenos, aunque yo me quedaría con el pastel.

Fuimos recomendados a este restaurante y las expectativas estaban bastante altas, así que nos llevamos una pequeña decepción. La comida fue correcta, pero echamos en falta que nos explicasen en qué consistía cada plato. El precio del menú fue de 33€, incluyendo estos platos, bebida, café y chupitos, por lo que parece algo razonable.


Ficha

Restaurante Narizotas
Pza. Medina del Campo, 2
40001 Segovia
Tlf: 921 46 26 79
Web: Narizotas