viernes, 29 de enero de 2016

Brasería Poniente - Valladolid

Una vez que nos recuperamos de los casi inevitables atracones navideños, fuimos a la Brasería Poniente para darnos un homenaje lejos de las "imposiciones" familiares. Lamentablemente para nosotros, el primer fin de semana tras Reyes fue un día en el que mucha gente decidió hacer una comida de Navidad, así que en el restaurante nos encontramos con un grupo bastante grande que aumentó los decibelios del local.



¡Qué mejor forma de abstraerse del ruido que con algo de comida!. Para ello, pedimos un carpaccio de solomillo de ternera acompañado por: tomate concassé, foie, parmesano y reducción de Martini rojo. Sonaba muy apetitoso, pero a la hora de la verdad el resultado fue tirando a flojo. La carne apenas aportaba sabor y quedamos decepcionados con el conjunto final.



Cualquier lector habitual sabe que nos encantan las mollejas, y al leer en la carta "mollejas de ternera a la parrilla con ajo y perejil", nos vimos obligados a pedirlas. Si el carpaccio fue un bajón, esto nos mosqueó. Entre el mal rollo que nos dan las mollejas empanadas, ya que probablemente enmascaren un producto no demasiado bueno, y que el sabor terminó de confirmar nuestras sospechas... Fatal, de las peores mollejas que hemos comido nunca.



Como plato principal pedimos un solomillo a la parrilla que consiguieron dejar al punto exacto que habíamos pedido, es decir, muy poco hecho. El sabor era bueno, pero tampoco es el solomillo de nuestra vida.



También elegimos un steak tartar de solomillo de ternera del que no tengo nada bueno que decir. Con todo el jaleo que había y la propia distribución del restaurante, comprendo que no es viable que lo preparen frente a ti, pero tampoco dieron la opción de pedirlo más o menos picante. Del sabor tampoco puedo decir mucho: tenía picante suficiente como para haber utilizado carne de pollo y no haberme dado cuenta. Me gusta que estén "sabrosos", pero si no se puede distinguir ninguno de sus elementos, apaga y vámonos.



De postre pedimos un arroz con leche que estaba impresionante. Tanto la consistencia como el sabor fueron excelentes, y además, me encantó el detalle de las bolitas de chocolate por encima.



A modo de resumen, nos fuimos del restaurante con más cara de tontos de la habitual. La comida, en general, fue decepcionante, y cuando se pagan algo más de 100€ entre dos, uno espera algo más. Lo que sí me gustó del restaurante, y mucho, fue el servicio. Pese a todo el jaleo que tenían, fueron bien rápidos y simpáticos en todo momento.

Tal vez no fuera el mejor día para comer allí o que nuestras elecciones no fueran las mejores, pero es complicado que repitamos.


Ficha:

Brasería Poniente
Pza. Poniente, 5
47003 Valladolid
Tlf: 983 34 21 07
Web: Brasería Poniente


Lo mejor: el arroz con leche
Lo menos bueno: el steak tartar fue malo, pero lo de las mollejas es difícil de calificar.
Precio: 50€

miércoles, 27 de enero de 2016

Restaurante Ponte Vecchio - Valladolid

Hacía ya algún tiempo que no íbamos a comer a un restaurante italiano, y como últimamente no habíamos visitado ninguno en Valladolid, decidimos ir al restaurante Ponte Vecchio, situado en Parquesol, ya que es uno de los que más nombre tiene.

Yo nunca había ido y el interior me resultó algo oscuro, pero sin duda, lo que más me llamó la atención fue la cantidad de mesas que tiene. Allá por donde mirara siempre iban apareciendo más y más mesas, sin que ello implicase que estuvieran demasiado pegadas unas con otras.



Como entrante pedimos un Carpaccio de foie y Parmigiano. Como se ve en la foto, y también se especifica en la carta, el foie es mi-cuit. El carpaccio, de ternera en este caso, era correcto, pero la mezcla de todos los ingredientes dejaba un sabor bastante rico. No es una maravilla pero tampoco una mala elección.



Siempre que vamos a un italiano pedimos una pizza y una pasta a compartir. La pizza escogida para la ocasión fue la Pugliese, que lleva tomate, mozzarella, cebolla pochada, aceite de ajo, jamón york y orégano. Una de las pizzas que más me ha sorprendido (por lo bueno). Lo que más me gustó fue el sutil punto del aceite de ajo.


A veces conseguimos hacer fotos realmente malas

Para la pasta nos quedamos con Paglia e fieno, o "paja y heno", que son cintas de pasta al huevo y espinacas con salsa de setas. Me costó apreciar en su totalidad esta pasta, pero cuando por fin lo hice quedé totalmente satisfecho con el resultado.



De postre, elegimos por un lado una Panna cotta con salsa de frambuesa cuya presentación nos pareció bien curiosa. El sabor, sin duda el aspecto más importante, también fue bueno.



El otro postre que probamos fue el Mezzotiramisú con gelato alla vaniglia, que no hay que tener muchos conocimientos de italiano para deducir que es un tiramisú con helado de vainilla. El sabor a café de un tiramisú hace que no lo valore en su justa medida, pero sí me dijeron que estaba muy bueno. Del helado de vainilla sí que puedo asegurar que estaba rico.

Y con el estómago lleno dimos por finalizado nuestro paseo por el Ponte Vecchio. El servicio fue bueno en general, aunque de cara al final la cosa fue bastante más lenta con los postres y, sobre todo, con la cuenta. En cuanto al precio, salimos a 30€ por persona, pero hubo varias cervezas, dos postres (más una copa) y el carpaccio era el más caro, así que salir por 20-25€ no es complicado.



Como notas negativas señalaremos que los precios de la carta no incluyen el IVA y que no puedo entender que en un italiano se use nata para hacer la carbonara.


Ficha:

Restaurante Ponte Vecchio
c/ Profesor Adolfo Miaja de la Muela, 14
47014 Valladolid
Tlf: 983 37 02 00
Web: Ponte Vecchio


Lo mejor: la pizza pugliese
Lo menos bueno: que en un restaurante italiano la carbonara se haga con nata
Precio: 25-30€

martes, 19 de enero de 2016

Buscando la mejor hamburguesería de Valladolid (XXVII): Yovilant

Muy poco a poco, está claro que somos bastante lentos, seguimos avanzando para averiguar cual es la mejor hamburguesería de Valladolid, y en este caso fuimos al Yovilant, cuyo local original está muy cerca de la estación de autobuses, para ver que nos ofrecían.

Para quien no lo conozca, que no será mucha gente, este local no es precisamente nuevo en este negocio, más de 30 años, ahí es nada, y eso se nota en la decoración del lugar, pero tampoco es que eso le vaya a restar valoración. En la parte positiva cuenta con unas cuantas mesas amplias para comer sin apreturas.



 Puesto que las hamburguesas no llevan patatas fritas, lo que implica un minipunto en contra, pedimos una ración que llevaba mayonesa suficiente para que ninguna patata se quedara sin salsa. Eran congeladas, y no de las mejores que hayamos probado, así que no quedamos demasiado contentos. Tienen un precio de 3,50€.




 Pedimos la hamburguesa completa que llevaba lechuga, tomate, beicon, queso, huevo y jamón de york. No esperaba demasiado ya que consideraba que esta hamburguesería sólo servía como destino de la gente que quería comiera algo antes de irse a casa tras una noche de fiesta, pero tengo que decir que me sorprendió bastante. La carne tenía muy buen sabor y la cantidad de ingredientes era buena. A destacar que no hay que fiarse del aspecto del huevo, puesto que pese a que parece que la yema no va a escurrir, la realidad no tarda en darte un bofetón en la cara. Como único punto negativo tengo que señalar que siempre dejan el jamón de york frío. El pan es correcto, ya que aguantó todo el rato sin romperse, pero sin dejar de ser el típico bollo. Esta hamburguesa vale 5,50€.



 Algo que nos habían recomendado probar aquí era el Pechuguito y en nuestro caso nos quedamos con el de beicon queso. La recomendación era merecida ya que estaba bastante bueno. Su precio es de 4,50€.

Tras esta experiencia tengo claro que merece la pena venir a esta hamburguesería tanto si se vuelve de fiesta como si no. La variedad es aceptable, y en general la saca buena nota. El servicio, por otro lado, aunque está bien, tampoco hay que esperar muchas sonrisas. Tienen otro local detrás de La Antigua, pero desconozco qué tal está.


martes, 12 de enero de 2016

Restaurante Higinio's - Madrid

Recién de llegado de vacaciones tenía programada la cena de empresa, y como suelen llevarnos a sitios donde se come bien no quería perdérmela bajo ningún concepto. Este año fuimos al restaurante Higinio's que se encuentra en la calle Juan Bravo.

Nada más entrar uno se da cuenta de la elegancia que desprende el sitio con un salón bien cuidado y unos camareros de nivel.



La cena consistía en unos entrantes fijados y unos principales a elegir. Comenzando con los entrantes llegó la Burrata fresca con carpaccio de tomate. No sé cómo comenzó esto del carpaccio de tomate cuando sólo es una rodaja de tomate, más fina que lo habitual eso sí, que no llega nunca al pequeño grosor de un carpaccio de buey por ejemplo. ¿Que no se puede cortar más fino? Pues no lo llames carpaccio y punto.

En fin, punto y aparte con el tema del carpaccio, la burrata estaba buena y dejaba un plato bastante fresco para empezar la cena.



Seguimos con unas Croquetas de jamón ibérico que estaban ricas, pero sin sorprender.



Los Palitos de pollo con salsa de mostaza son algo que no debe fallar a poco que la salsa esté buena, como fue este caso. Del pollo rebozado no merece la pena comentar mucho más.



De los primeros a elegir, hubo unanimidad por probar los Tagliolini con salsa de hongos, trufa y huevo poché. Desconozco qué tal estaban las otras opciones, pero que este plato estaba impresionante, no tengo ninguna duda. Todos los sabores riquísimos, el punto de la pasta y del huevo impecables... Sólo por probarlo, creo que ya merece la pena una visita.



Entre los segundos se encontraba el Carpaccio de solomillo de buey (ahora sí un carpaccio en condiciones). Como la materia prima era buena, esta elección es un seguro de vida.



También había Escalope de solomillo a la milanesa. Desde mi punto de vista una elección incompresible porque no es más que un filete empanado, rico eso sí. Empanar una carne, en general, no sirve más que para ocultar defectos, pero bueno, que cada cual haga lo que mejor sepa.



El Tartar de atún rojo con sorbete de aceituna negra fue el último de los segundos que se eligió. Quizá algo fuerte el punto de picante, aunque entiendo que en una cena de empresa es imposible un servicio más individualizado, pero de indudable calidad. Por suerte, como permitieron repetir, el segundo que comí ya fue más acorde a lo esperado y excelente en mi opinión.



Ya de postre nos sirvieron un Soufflé Grand Marnier que fue el perfecto broche final a la cena. Nunca había probado este postre, pero ahora sé que puedo hacerlo sin problemas.

En general me dio la sensación de ser un muy buen restaurante que forzosamente tendrá mejor calidad en fechas más propicias. Del precio no puedo decir nada porque no pagué, pero si no es demasiado elevado, estará bien pagado.


Ficha:

Restaurante Higinio's
c/ Juan Bravo, 12
28006 Madrid
Tlf: 91 575 72 23
Web: Higinio's


Lo mejor: los tagliolini.
Lo menos bueno: es una tontería, pero no la chorrada del carpaccio de tomate
Precio: desconocido, pero no creo que baje de 40-50€ por persona.

lunes, 4 de enero de 2016

Restaurante La Castañal - Madrid

Por tratar de visitar uno de los múltiples sitios que tenemos pendientes, nos acercamos al restaurante La Castañal con la esperanza de poder comer buen marisco y pescado. No es un local que sea el culmen de la elegancia precisamente, y es bastante pequeño, por lo que reservar es casi imprescindible, pero como a nosotros lo que más nos importa es que el género sea bueno, no nos vamos a poner ahora en plan pijo.

Sí nos llamó la atención que pese a que en internet se podía leer la carta, en el restaurante, aunque la tienen, no te la dan y te "cantan" lo que hay disponible. No me gusta no saber cuánto voy a gastar, aunque sea de forma aproximada, pero bueno, como estábamos de buen humor, tampoco se nos vino el mundo encima.



De entrante pedimos media ración de pulpo a la gallega. El sabor era bueno, aunque estaba algo tieso y la sal no estaba muy bien repartida. La patata por otro lado, estaba buenísima. Pura mantequilla.



Si vamos a un sitio donde tengan marisco, probar una nécora, cocida en este caso, es imprescindible. Estaba muy jugosa, lo que resultó de agradecer.



Pedimos también unas gambas a la plancha que estaban espectaculares. Eran tan blancas que parecían casi parientes de Andrés Iniesta.



Qué mejor manera de terminar con los entrantes que pidiendo unas almejas a la sartén. Nos quedamos alucinados con el tamaño del "bicho", ya que ocupaba prácticamente toda la concha. De sabor estaban muy bien, aunque eché en falta un poco más de salsa.



A la hora de pedir el segundo sólo les quedaba merluza, muchas preparaciones diferentes eso sí, por lo que siguiendo la recomendación del camarero pedimos el cogote de merluza. No recuerdo haber probado antes esta parte del pescado, pero la verdad es que me encantó.



De postre pedimos la típica Tarta de Santiago, que no era casera, pero estaba bastante buena.



Y también cayó una filloa de crema... a la que siguió una segunda. No tenía un aspecto llamativo, pero estaba impresionante. Tal vez la mejor filloa que haya probado, lo que unido a su precio de tres euros, hizo que me viera "obligado" a repetir.



Las buenas referencias que nos habían dado de este restaurante se vieron justificadas. Una comida excelente y un servicio rápido nos han hecho marcar en rojo este sitio.


Ficha:

Restaurante La Castañal
c/ Berruguete, 78
28039 Madrid
Tlf: 913 11 52 02
Web: La Castañal


Lo mejor: toda la comida fue de calidad
Lo menos bueno: que no estaba disponible toda la carta
Precio: 50 €