sábado, 21 de diciembre de 2013

Un extraño viaje gastronómico a Bilbao: Bascook

¿Y ahora fusión?

Siguiendo con mi periplo en tierras vascas y después de unos agradecidos pinchos, pasamos a la comida moderna del Bascook, local en el que te sirven comida vegetariana, vasca más tradicional y comida más moderna.

La seña de identidad se empieza a ver en la misma carta:
¡Extra, extra! ¡La pitanza espera!
La carta viene impresa en un periódico donde, aparte de los platos, se encuentran varios artículos relacionados con el restaurante.

En cuanto al vino:
Fresquito.
Un blanco llamado Menade para una comida que iba a ser ligera (no por escasez sino porque no había un hambre atroz).

Veamos la comanda.

Siempre acabas picando.
Una tapita en forma de aceitunas aliñadas (y qué ricas que estaban las condenadas).

En este restaurante, todos escucharán tu crujido
Atentos al nombre: Guacamoleyuzu, cangrejo crujiente y palomitas de gamba a la gallega. Un plato donde se combinan el guacamole y esa especie de arroz inflado (creo que eran las gambas) que hacían sonar el plato (sí, sí, el plato SONABA como los petazetas). Una rara mezcla de sabores que era muy agradable al paladar.

Que pase la siguiente y sabrosa rareza.
Vamos a decirlo sin que me atragante: Socarrat de bull, carpaccio de cigalas+chicharrón de alitas fritas. Otra mezcla imposible de carne y marisco que conseguía ser bastante armónico y delicioso.

Versión Cyberpunk de los huevos con chorizo
El tercer plato: Wan Tan de garbanzos y sobrasada + huevos de casería + migas de piparras. Otro delicioso bocado. Sí, parece una sofisticación de los huevos con chorizo de toda la vida, pero hay que probarlos. Los garbanzos del Wan Tan rebajaban el gusto graso de la sobrasada y otra mezcla difícil de ver se convertía en una delicia.

Ojo que los postres no se quedan atrás:

¿La ginebra es Martin Miller? Que si me das Larios te la tomas tú
Gin tonic helado, gominolas tónica-plata y muesli crujiente de canela. Nunca un postre de gin tonic había sabido tanto a Gin tonic, y esas gominolillas de tónica eran muy graciosas.

Aunque no se lo crea uno, eso es un tiramisú
Tiramisú helado, migas de sable y té matcha con mascarpone tostado. Parece escaso, pero era bastante contundente. De gusto rico.

¿A que no lo repites sin coger aire?
El postre más celebrado: Daifuku de violetas en piña, aceite de oliva y helado de coco. Efectivamente sabía a todo esto: a las violetas (igualitos que los caramelos), la piña que envolvía a las violetas, las esferificaciones de aceite y el helado de coco. Todo ello, otra vez con un equilibrio perfecto.

En definitiva, una comida que repetiría. No es el típico engañabobos de comida moderna, sino que todo resultaba sabroso sin ser especialmente caro. El local es algo a destacar, según me comentaron es un almacén de sal rehabilitado, y le han dado un aspecto de bodega la mar de bonito. Típico restaurante para llevar a la pareja o intento de conquista, con satisfacción garantizada (lo del "final feliz" corre de vuestra cuenta).

Ficha: 

Bascook.
C/ Barroeta Aldamar 8
48001 Bilbao
Tlfn: 944 00 99 77
www.bascook.com

Lo mejor: El daifuku de violetas.
Lo menos bueno: Cuesta encontrarlo.
Precio: medio (estamos hablando de cocina moderna, no de pinchos).
A destacar: La comida en general y el local.


Un extraño viaje gastronómico a Bilbao: Sumo Sushi y Ultramarinos Japonés



"Cómo me voy a poner" dice el tipo de la bolsa.

A finales de Octubre tuve la oportunidad de ir a Bilbao a casa de unos amigos (gracias Santi y Ana) para hacerles una visita (y, de paso, ponerme las botas). Lo que no me imaginaba es que la comida iba a ser de todo menos lo típico vasco.

Mi llegada a Bilbao y cena fue comida para llevar de este local llamado Sumo, un sitio que pasará por ser de los mejores en sushi que he tenido la posibilidad de probar.

Pequeña tablita variada
Esta primera tabla es una bandeja de sushi variado que cambia según el día. Este tenía nigiri de salmón, bacalao y langostino, varios Temaki, como el Candy Candy (sí, el de color rosa) el Yoru y otros (la mayoría con nombres anime como el Mazinger, Naruto, Hot Totoro y otros), aparte de unos makis.

Ríete de tu selección, Ferrero Rocher.
Esta bandeja es ya al gusto del consumidor, con sushi de anguila, nigiri de vieira y otros dos que no recuerdo ahora mismo.

Qué verde era mi valle (o mi mar).
La ensalada Goma Wakame es todo alga. Estaba muy bien para neutralizar el gusto del sushi y poder disfrutar del siguiente.

Yo pensaba que lo que picaba eran las medusas y no el calamar.
Esta otra ensalada es la Sumo, más conocida como la de calamar picante. Tremendamente sabrosa (y no muy picante) era un gran acompañamiento para las bandejas.

Y de postre:
Croquetitas dulces, dulces croquetitas.
Mochis de nata y fresa. Eran como una tarta de queso con fresas deconstruida y convertida en pequeñas pelotitas. Delicioso para terminar.

Según he podido saber, esta empresa tiene sucursales en Bilbao, San Sebastián y, recientemente, han abierto una en Madrid. La atención es magnífica y los dependientes tienen la paciencia de un santo para explicarte las diferentes variedades y de la composición de las diferentes piezas. 

Y se puede pedir por internet y te lo llevan a casa por pedidos superiores a 15 €.

Ficha:

Sumo
C/ Ledesma 5 y Ldo. Poza 39
Bilbao
Tlfn: 944 416 144

Lo mejor: El sushi.
Lo menos bueno: Que no me queda ninguno cerca.
Precio: Medio (depende de lo que pidas y de la cantidad).
A destacar: Uno que comí con cangrejo que estaba espectacular.

martes, 17 de diciembre de 2013

Restaurante Cazorla - Madrid

Hacía tiempo que me apetecía hacer una pequeña escapadita entre semana, para ir preparando la Operación Navidad, así que, con la recomendación de uno de mis compañeros de trabajo, nos fuimos al Cazorla para curar las penas con un solomillo.

Nada más llegar me sorprendió lo juntas que estaban algunas mesas. Tanto, que me quedé con ganas de probar alguno de los entrantes de nuestros vecinos.

La carta es bastante amplia. Hay numerosos entrantes que, aunque no me llamaron la atención, deberían servir para contentar a la mayoría de clientes (probaré alguna de las gambas que tienen la próxima vez). Lo que sí me sorprendió fue el precio de los vinos pero, como lo nuestro estaba planeado como una visita rápida, no iba a ser un problema.

Como entrante pedimos un habitual de este blog: mollejas de cordero

Mollejitas, mollejitas, ¿qué haríamos sin vosotras?
Estaban bastante buenas y la cantidad era respetable. Lógicamente no nos defraudaron.

De segundo nos quedamos con el solomillo.

Ayudando a mantener el hierro alto
Estaba bueno, pero sin que me llegara a parecer excelente. Como tampoco es barato (no recuerdo si 20 o 22€), el resultado es correcto sin más. Lo que sin embargo sí lograron, fue dejarlo muy poco hecho, pero sin dejar el centro frío como suele pasar en ocasiones.

Tienen un buen surtido de postre, pero fuimos clásicos: flan y tarta al whiskey.



Como se puede apreciar, la tarta no es casera, pero el flan, que sí lo era, me sorprendió porque estaba francamente bueno. Sin duda merece la pena probarlo. Para otra ocasión dejaré la tarta de hojaldre o el ponche segoviano, que parecían tener un buen aspecto.

Lo que sin duda mas me sorprendió, fue lo que nos  tenían reservado para el final.

Un gran final es una gran forma de recordar un restaurante
Acompañando a la típica invitación a un chupito por parte de la casa, que además venía en un recipiente para servirte a gusto, cosa que agradezco, venían un par de pastas que estaban bastante buenas y un sorbete de limón que estaba impresionante. Pude fijarme además en la cara de otros comensales cuando lo probaron, y quedaban francamente satisfechos. Tengo que reconocer que es todo un acierto por parte de este restaurante, que además ayudó a que, aunque el solomillo no me emocionara, saliera contento.

Por lo que me he podido ver,  tienen seis locales en Madrid, lo que indica que el negocio les va bien, y por algún comentario que he oído, en algunos más que bien. Sin duda deben estar haciendo las cosas bien.

Para terminar con el típico comentario acerca del servicio, quiero decir que el comportamiento fue amable en todo momento y destacaron especialmente en lo rápidos que fueron sirviendo todo.


Ficha:

Cazorla
c/ Alcalá 261
28027  Madrid
Tlf: 91 326 6405
Web: Restaurante Cazorla

Lo mejor: El sorbete del limón del final
Lo menos bueno: las mesas demasiado juntas
Precio: 35-40 € por persona

jueves, 12 de diciembre de 2013

Restaurante Mu - Madrid

Buscando un sitio nuevo donde comer, estuvimos buscando en internet un sitio con buenas críticas y acabamos dando con el . Se trata de un bar donde preparan una serie de pinchos muy bien presentados con unos productos de calidad.

 El local es pequeño y eso puede hacer que esté lleno, pero tuvimos suerte y nos pudimos instalar cómodamente en una de las mesas altas que tienen. Tras estudiar la pizarra con la carta, nos apetecía pedirnos todo pero, aunque somos unos tragones, conseguimos parecer una gente normal.


Empezamos con el salmorejo. Aunque echamos en falta algo de huevo o jamón, estaba muy rico y cremoso.



A continuación un ceviche de lubina. Impresionante, nos quedamos con ganas de más, pero no pudo ser porque teníamos que probar más cosas.



El solomillo de buey era algo que era difícil que fallara, sobre todo si, como en este caso, el género es de buena calidad.



Seguimos con el steak tartar. Una de las especialidades de este restaurante que hará las delicias de cualquier comensal. No es mucho más pequeño que otros que he probado, pero el precio sí lo es. Imprescindible para mi próxima visita.



La mini-hamburguesa de buey me conquistó directamente con su presentación, pero si además, el sabor está a la altura...



La carrillera también tenía muy buena pinta, pero en este caso, no me pareció que estuviera al nivel de pinchos anteriores. Como tampoco soy un gran fan, no voy a poner más pegas.



La entraña posiblemente fue lo más flojo de la comida. Tal vez el nivel de los platos anteriores la dejó en segundo plano, pero a mi me resultó un tanto sosa.



De postre pedimos una panna cotta que, nada más verla, nos dejó boquiabiertos. Mitad nata, mitad melocotón, con un acompañamiento de helado de maracuyá, nos dejó un gran recuerdo de este restaurante.

He leído comentarios ensalzando los cócteles, pero no tuvimos tiempo para más.

No quiero terminar la entrada sin reconocer el gran trabajo del personal. Muy simpáticos y atentos. La comida no sale rápida de la cocina, pero es lo que pasa cuando se hacen obras maestras en miniatura.


Ficha:


c/ Juan Álvarez de Mendizábal 44
28008  Madrid
Tlf: 91 253 70 80
Web: 

Lo mejor: El steak tartar
Lo menos bueno: en determinados días es difícil hacerse un hueco
Precio: 20-25 € por persona (y eso que pedimos bastantes pinchos)

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Restaurante El Torreón - Tordesillas

La entrada de hoy nos lleva hasta el restaurante El Torreón en Tordesillas, que es uno de mis sitios favoritos para comer carne hasta reventar, por no decir el mejor.

No quiero engañar a nadie. El sitio no es barato, y si no tienes cuidado y vas con mucho hambre, el precio es considerable. Pero eso sí, la carne está buenísima, y para ir de vez en cuando, puedo garantizar sin ninguna duda que merece la pena.


Esto sí es un pato bien relleno

Una de las cosas que siempre llama la atención y más suele gustar, es la presentación del vino de la casa.

Un buen vino, como el Abadía Retuerta, servido en un recipiente con forma de pato, hace las delicias de los comensales.



Los entrantes en general son caros, así que, para no subir demasiado el precio y poder probar algo que realmente merece la pena, se pueden pedir las setas.

Con su ajo y su jamón, puedes empezar a llenar el estómago sin hacer un agujero en tu cartera.


 
Más caro, pero también más rico para mi gusto, es el foie.

Como se puede ver, aunque sea más caro, la ración es bastante generosa, y la calidad es acorde a la cantidad. Yo, como gran aficionado al foie, quedé más que contento.

Otro entrante que me gusta, aunque no considero que sea especialmente rentable, es el tartar. Son 25 € por una cantidad relativamente pequeña, así que salvo que se sea un gran fan, no compensa especialmente. Si alguien lo pide, dudo mucho que le defraude.



Y por fin, el plato estrella: carne de buey hasta aburrir o hasta quedarnos sin dinero.

Poco hecha, pero servida en un plato caliente para no comerla fría, es sin duda, una de las mejores carnes que he tenido la suerte de probar.

El principal "problema" que suelo tener con este plato, es que está tan bueno que siempre me apetece comer más, así que más vale no crecerse en demasía para ahorrarnos un susto.

Ante semejante festival, la única opción válida antes de pasar a los postres es ésta:


Incluso mirando los restos me entra hambre

Una vez que los platos han quedado bien limpios, ya sólo queda disfrutar del postre


Por si alguien lo duda, se nos da mejor comer que la fotografía

 Nuestras elecciones fueron la tarta de hojaldre y la leche helada. Cualquier elección es buena para terminar con una nueva experiencia carnívora.



Por si ésto no hubiese sido suficiente postre, nos invitaron a otros pequeños hojaldritos para irnos con mejor cara todavía.

El servicio suele estar muy atento a las mesas y son bastante simpáticos, por lo que además de una comida excelente, el buen ambiente está presente.


Ficha:

El Torreón
c/ Dimas Rodríguez 4
47100 Tordesillas, Valladolid
Tlf: 983 770 123


Lo mejor: Sin duda, la carne de buey
Lo menos bueno: tener que ir con cuidado con lo que se pide para evitar quedarse fregando los platos
Precio: 45-50€ por persona

viernes, 15 de noviembre de 2013

Restaurante Jose María - Segovia

Nuestra dura vida de tragones nos llevó en esta ocasión a Segovia, concretamente al restaurante José María. Seguro que todo aquel que conozca a alguien de la ciudad, habrá escuchado que sabe de un sitio donde el cochinillo está mejor y más barato que en el Cándido o el José María, pero nosotros, que tampoco somos muy expertos, intentamos ir al menos una vez al año y siempre hemos salido muy contentos. Ésto no quita que, en nuestra próxima visita, probemos otro restaurante coincidiendo con los 5 días de El Dorado, ya que se podrá comer cochinillo a mitad de precio.

Lo primero que hay que resaltar es que, a la hora de reservar, o se pide primer turno (las 14h ya es un poco tarde), o puedes empezar a pensar en que vas a comer a partir de las 16h o más. Visto ésto, nada más entrar en el local, hay que hacerse hueco como buenamente se pueda a través de la parte del bar porque suele estar muy lleno, y llegar hasta la parte donde avisas de tu reserva es toda una aventura. Finalmente llega el momento en el que te acompañan hasta tu mesa, y puedes tener suerte y que esté situada en alguno de los salones cercanos, o puedes empezar a andar y arrepentirte de no haberte llevado un sherpa que cargue con tus pertenencias, porque la cantidad de salones que tiene este restaurante es impresionante.


Queda claro qué es lo típico de Segovia

 Tras la caminata (o no), te sientas y puedes empezar a salivar al ver la cantidad de comida que circula alrededor, pero lo solucionan rápidamente poniendo como aperitivo un paté de cochinillo.

Tiene un sabor muy suave y ayuda a que el tiempo pase más rápido hasta que llegan los platos fuertes.


Relación cantidad-calidad/precio espectacular

 Como entrantes empezamos por el chorizo de Cantimpalos pasado por la sartén.

Es un entrante muy sabroso, abundante y económico. Para mi es imprescindible.


Molejitas mollejitas, ¿que haríamos sin vosotras?

Como de costumbre, no podían faltar las mollejas. En este caso estaban confitadas y salteadas con Pedro Ximénez y acompañadas de brotes tiernos. 

He de decir que no estaba muy animado con esta modalidad, pero todo fue probarlas y darme cuenta de que teníamos un gran entrante frente a nosotros. Para la gente que no sea muy de comer verde, como yo en los restaurantes, los brotes les daban un punto muy rico que no hay que dejar pasar.


Babe nunca estuvo más rico

Una vez acabados los entrantes, y estándo regando nuestro interior con el excepcional Pago de Carraovejas que sirven como vino de la casa, llegó el momento del cochinillo.

Con su piel crujiente y la carne bien tierna, no puedo evitar salivar al pensar en esta delicia. Qué grande es Segovia y qué ricos sus cochinillos.


Dame ponche y llámame tonto

En los postres tampoco debe faltar el típico Ponche Segoviano

Acompañado en este caso de crema de vainilla y helado de dulce de leche, hacen de este postre uno de mis favoritos. Eso sí, una pega considerable es el precio, y es que 8€ me parece una barbaridad para algo de este tamaño. Una pena, pero por lo menos estaba muy bueno.




Por variar un poco también pedimos tarta de queso. Venía con un sofrito de frambuesa y un helado de avellana. Muy logrado, pero la misma pega que antes: 7€ que costaba la gracia.

Pese a la pega del precio de los postres, la visita fue sensacional. La comida estupenda, y el servicio del restaurante impecable, pero además, un detalle de los que a mi gusto marcan la diferencia: José María, el dueño, se pasó mesa por mesa saludando a los comensales, interesándose por su opinión, y prestándose a sacarse alguna foto partiendo el cochinillo de la manera tradicional.


Ficha:

Jose María
c/ Cronista Lecea, 11
40001 Segovia
Tlf: 921 461 111 - 921 466 017
Web: Restaurante Jose María

Lo mejor: como no podía ser de otra manera, el cochinillo
Lo menos bueno: el precio de los postres
Precio: 40 € por persona

jueves, 7 de noviembre de 2013

Restaurante Ágora



¿Fin?
Así fue como acabó nuestra visita en el Restaurante Ágora de Valladolid. ¿Por qué empezar por el final?. Porque fue el final de infarto para una comida espectacular. Pero no adelantemos acontecimientos...

Comenzamos por el vino:


En esta ocasión no contamos con la inestimable colaboración de nuestra experta en vinos (por cuestiones de vendimia, evidentemente) así que nos dejamos aconsejar por la camarera. La elección fue un Décima Tabla Crianza de 2006, un vino con cuerpo e ideal para lo que nos iba a acompañar durante la comida.

La tapa:


Como tapa nos dieron pudding de cabracho con reducción de Pedro Ximénez, una buena forma de comenzar con una gran comida. Pese a estar muy bueno, rápidamente quedaría ensombrecido por un entrante que no hubiésemos pedido si uno de nuestros gourmets no lo hubiese pedido antes...

Una auténtica joya gastronómica que hubiese pasado desapercibida.
El carpaccio de carabineros fue una de las sorpresas del día y el mejor entrante del que pudimos disfrutar. Una delicia para el paladar y plato de obligado cumplimiento para futuras visitas. Simplemente exquisito.

Ricas, ricas...

Unas mollejas con boletus. Las mollejas suelen ser un plato bien recibido por el elenco de Gourmets en Acción. Aunque personalmente no soy fan de la casquería, cada vez me voy aficionando más a esta variante, y puedo decir que esta forma de preparación pasa a ser una de mis preferidas.

Pasando a los platos principales:


El solomillo con verduras y patatas es una de las especialidades de la casa. Su preparación, muy poco hecho, como siempre.



El solomillo con foie es una variante del anterior, también delicioso.

Y es aquí donde la gente del Ágora demostró su buen hacer y su preocupación por la clientela, y motivo por el cual volveremos gustosamente a este restaurante: El solomillo al foie lo dejaron al punto, y al venir la camarera a preguntar si todo era de nuestro agrado, le comentamos (siempre amablemente) lo que ocurría con el solomillo. Estaba lo suficientemente bueno, pero la camarera avisó al cocinero y éste vino a explicarnos lo que había ocurrido, que la carne la habían sacado muy fría de la cámara y para que estuviese caliente la dejaron un poco más. Entonces el cocinero volvió con otro solomillo muy poco hecho y con patatas chips caseras que estuvo incluso mejor que los que ya habíamos comido. Todo un detalle que dice mucho, y muy bueno, de ellos.

Y, para terminar, la otra sorpresa del día.

He aquí su majestad, el FLAN DE PUÑO.

El postre consistió en un helado de higos y sobre todo el flan, que será reconocido como el FLAN DE PUÑO. Un reto que nos lanzó la camarera y, valientes como somos, recogimos el guante. Semejante flan, entre dos personas (y media). Un reto para valientes.

Flan auténticamente casero y de los mejores que hemos podido probar.

Se cruzaron apuestas frente a este reto en las mesas vecinas. El final, ya lo habéis visto al principio.

¡¡¡Prueba superada!!!

Por supuesto, no se cenó absolutamente nada después de esa titánica tarea.

Desde luego por la comida y por el servicio es un sitio donde hay que volver.

Ficha:

Restaurante Ágora
Calle de Pedro Niño, 1 
47001 Valladolid
Tlf: 983 34 25 12

Lo mejor: El solomillo
Lo menos bueno: difícil aparcamiento (hay parking de pago cerca)
Precio: Medio
A destacar: El carpaccio de carabineros y nuestro favorito flan de puño.