sábado, 28 de febrero de 2015

Restaurante El Rincón de Belén - Arroyo de la Encomienda

Con motivo de un cumpleaños familiar fuimos hasta el restaurante El Rincón de Belén, situado en La Flecha. No es un restaurante demasiado grande, pero una de sus ventajas es una terraza acristalada que dio cabida a las 40 personas que nos juntamos. Ya habíamos estado otra vez hacía unos años, pero como no habíamos empezado con el blog por aquel entonces, la ocasión era inmejorable.

Por ser un grupo tan grande, la comida consistía en una serie de entrantes fijos, un segundo a elegir entre carne (lechazo o solomillo) o pescado y postre.



 Los entrantes empezaron con unas croquetas de jamón. Eran muy cremosas y tenían bastante jamón por dentro. Sin duda estaban deliciosas.



Seguimos con los champiñones rellenos. El relleno era a base de gambas y queso y estaban cubiertos por jamón (como se puede deducir al ver la foto). Me sorprendió el queso, ya que normalmente los he probado sólo con gambas, pero le daba un punto muy rico. Tuve la suerte de poder comer muchos champiñones antes de que desapareciesen de los platos.



Después llegó el turno de los chipirones que, al contrario que los dos entrantes anteriores, eran bastante malos. Estaban tirando a duros y no es que el sabor me gustase tampoco demasiado. Para olvidar.



Para el plato principal escogí el lechazo. Ya lo pedí la otra vez y recordaba que me había gustado, pero quería confirmar mis sensaciones. Por suerte, seguía siendo magnífico, aunque para mi gusto un poco escaso de salsa, ya que a mi me gusta que tenga mucha. Como éramos muchos, pude repetir dos veces.

Se nos pasó hacer la foto del solomillo, que tampoco es que la carne fuera nada del otro mundo. Había dos salsas para acompañarlo, de pimienta y de roquefort. La de pimienta era flojísima y no se notaba apenas su sabor, pero la de roquefort estaba muy buena. Se compensaba en parte la carne con esta salsa.



En los postres había leche helada y una tarta cuyo nombre desconozco, que estaba rellena de crema y tenía petisús en la parte superior. Me gustó más la leche helada, pero claro, me gusta mucho ya de habitual.

La comida fue muy buena, al igual que la atención. Nunca es fácil atender a un grupo tan grande, pero lo hicieron estupendamente. No puedo hablar del precio porque no vi la cuenta, pero por lo que he leído, debe ser razonable.


Ficha:

Restaurante El Rincón de Belén
c/ Ebro, 52
47195, Arroyo de la Encomienda (Valladolid)
Tlf: 983 40 81 76
Web: El Rincón de Belén


Lo mejor: el lechazo y los champiñones rellenos
Lo menos bueno: los chipirones
Precio: fui invitado

lunes, 23 de febrero de 2015

Restaurante El Laurel de Baco - Traspinedo

Un sábado como otro cualquiera, teníamos un plan que no acabó saliendo, y el plan de reserva se tuvo que cancelar a última hora, así que, tras un breve debate, decidimos que lo mejor sería ir a Traspinedo a comer unos pinchos de lechazo. Todavía nos falta mucho por conocer en este pueblo, y como nos daba lo mismo un restaurante que otro, fuimos al Laurel de Baco por probar un sitio nuevo.



De entrante empezamos con las típicas gambas al ajillo. Tenían el tamaño habitual y el sabor era normalillo. Tal vez estuviesen demasiado cocidas.



Seguimos con el pulpo a la plancha. Con todo ese aceite, dudamos en un principio si era lo que habíamos pedido, pero al probarlo confirmamos que sí lo era. Lo que le sobraba de aceite le faltaba de sal, pero por lo menos tiene fácil solución. Se escurre el aceite que se puede y se pide un salero. Estaba razonablemente tierno y de sabor estaba bastante bien.



Para acompañar los pinchos pedimos una ensalada. No suelo hacer fotos de las ensaladas, pero el gran cuenco que nos pusieron merecía una instantánea. Los tomates estaban algo verdes, pero tenían buen sabor al igual que la lechuga y el resto de ingredientes.


Asando los pinchos con brasas de sarmiento, como debe de ser.

Foto del primero de los pinchos que nos comimos

Y por supuesto, faltaba el pincho de lechazo. El primero estaba soso (misma solución que con el pulpo) y el resto estaban bien. Algunos trozos un poco quemados, pero en general bien de sabor.



De postre era "obligatorio" pedir la tarta de piñones. Desde que la probé en el Mesón Molinero, me quedé enamorado. En este caso, la tarta estaba colocada sobre una base de natillas, tenía una cobertura de yema tostada y los piñones, no demasiados por suerte, estaban mezclados con la nata. Una tarta impresionante.

El servicio fue correcto en todo momento. En cuanto al precio, los 40 € por persona son bastante razonables teniendo en cuenta que había pulpo de entrante y que nos gastamos 25 € en el vino.


Ficha:

Restaurante El Laurel de Baco
Plaza de Jardines, 1
47330, Traspinedo (Valladolid)
Tlf: 983 68 20 83


Lo mejor: la tarta de piñones
Lo menos bueno: las gambas al ajillo
Precio: 40 €

jueves, 19 de febrero de 2015

Restaurante Le Bistró - Valladolid

Nunca hemos necesitado de grandes excusas para quedar a comer, pero juntarnos casi todos los amigos, es una razón perfecta para comer bien. Para ello, fuimos al Le Bistró, que se encuentra al inicio de la calle Teresa Gil, junto a Fuente Dorada, tras haber escuchado buenas opiniones al respecto.

El "salón" no es muy grande y resulta algo estrecho para mi gusto, pero eso nunca ha sido un problema para poder comer bien.



Empezamos pidiendo unas fondues. En concreto la Campestre (en la foto) que llevaba  setas y quesos Gruyere y Parmesano, la Italiana (tomates cherry, orégano y quesos Gruyere y Mozzarella) y la Supreme (bacon, cebolla frita y quesos Gruyere y Emmental). Todas venían acompañadas de trocitos de pan y hortalizas crudas.

Estaban riquísimas. De hecho, acabamos untando todo lo que buenamente pudimos y dejamos los recipientes casi para volver a usarse. Mi preferida fue la Supreme.



 A un lado de la mesa se pidieron para compartir unos huevos con foie y boletus. Pese a que estaban buenos, tampoco me parecen un plato para recordar.



También se compartió el tartar de salmón ahumado. El tartar está preparado sobre una base de salmorejo y lleva cebolleta, alcaparras, tomate y aguacate. Al igual que los huevos con foie, está bueno, pero le falta algo para estar entre lo mejor del restaurante.



Para el segundo plato, cada uno tenía que elegir el suyo. Yo escogí la lasaña de ternera gourmet, que tenía salsa bolognesa, bechamel, champiñones, bacon y queso gouda. Estaba muy caliente (como tiene que ser), así que me quemé la lengua más de una vez, ya que no pude controlarme ante un plato con tan buena pinta, olor y sabor.



La lasaña de langostinos también estaba buenísima. Un auténtico festival de sabor.



La lasaña de morcilla supreme terminó de demostrar el buen punto que le tienen cogido a la pasta en Le Bistró. El intenso sabor de la morcilla de León se pudo disfrutar en cada bocado.



Siempre me da reparo pedir un entrecote con salsa, ya que en numerosas ocasiones, se utiliza su fuerte sabor para camuflar una menor calidad de la carne. Por suerte, el entrecote con salsa de queso Gorgonzola no es uno de esos casos. La carne estaba muy buena. Tanto, que nos acabamos comiendo la carne por un lado y utilizamos la salsa, excelente también, para mojar las patatas o trozos de pan.



Las tiras de ternera con salsa de setas estaban bien, pero en la comparación con el resto de platos, quedaban bastante por debajo.



El pollo Tikka Masala fue, a mi parecer, el mejor plato de todos. Tal vez por ser algo diferente a lo que solemos comer, pero la verdad es que me encantó. El plato consiste en pollo con salsa Tikka Masala (vaya sorpresón), piña y plátano sobre arroz basmati con sésamo.



El Thai Wok de langostinos estaba bueno, pero no fue de los que más nos gustó. En todo caso, no creo que nadie se equivoque al elegir este plato.



Para terminar, pedimos el timbal de bacalao. Se trata de un lomo de bacalao sobre patatas y cebolla confitada y alioli de piquillos. Yo no llegué a probarlo, pero me dijeron que estaba muy bueno.



Empezamos el festival de postres con una cookie casera de avellanas, con helado de vainilla y chocolates blanco y negro calientes. Un postre sencillamente espectacular.




También pedimos los sorbetes de frambuesa y mandarina. Los que los probaron dijeron que estaban bien, pero que tampoco eran nada del otro mundo.



La tarta de queso casera con confitura de frambuesas hizo las delicias de la persona que la pidió.



La tarta de manzana Le Bistró también fue un gran acierto, pero yo no llegué a probarla ya que aborrezco este tipo de tartas. Consiste en manzanas caramelizadas con canela y azúcar de caña, toffe, helado de vainilla y crumble de galleta.



La fondue de chocolate blanco estaba increíble, aunque creo que era un poco escasa.



También tienen una tarta especial que va cambiando según el día. En nuestro caso fue un postre con sabor a galleta oreo del que, por no exagerar, me hubiera comido mil seguidos. Una pena no recordar los ingredientes que tenía.

Nos llevamos una muy buena impresión de este restaurante. La carta tiene muchos platos que nos llaman la atención y en general están bastante buenos. Por si fuera poco, el servicio es excelente: el camarero que nos atendió, se armó de una paciencia infinita para tratar a un grupo grande como el nuestro, y se mostró siempre muy simpático y atento. El precio, de 35 € por persona, resulta adecuado para lo que comimos.


Ficha:

Restaurante Le Bistró
c/ Teresa Gil, 7
47002 Valladolid
Tlf: 983 29 06 60


Lo mejor: muchos platos variados y muy ricos
Lo menos bueno: las estrecheces del local
Precio: 35 €

jueves, 12 de febrero de 2015

Buscando la mejor hamburguesería de Valladolid (XXI): Santa Clara Bar & Burguer

Ya llevábamos un tiempo sin hacer una nueva entrada de nuestro especial de hamburgueserías de Valladolid, pero es lo que pasa con las Navidades y demás excusas. En esta ocasión fuimos a visitar la Hamburguesería Santa Clara o también llamada Santa Clara Bar & Burguer.

La primera impresión fue buena: había bastante gente a la puerta del local y fueron bien rápidos en acomodarnos en una mesa y darnos las cartas.



De entrante pedimos unas patatas gratinadas al horno, que llevaban salsa yogur, beicon picado, mozzarella y queso emmental. Olían estupendamente y tenían buen aspecto, pero en general resultaron bastante sosas. Tienen un precio de 4,80 €.



Ya entrando en el tema hamburguesil, empezamos con una hamburguesa especial, que tenía lechuga, tomate, cebolla, queso y beicon. El principal problema que encontramos, fue que la carne no nos gustó demasiado. El resto de elementos no estaba mal, sobre todo el pan que aguantó perfectamente nuestros ataques, pero que la carne no deje una buena impresión, es un handicap demasiado grande. Esta hamburguesa vale 3,60€.



La siguiente fue la hamburguesa completa, que incluía lechuga, tomate, cebolla, queso beicon y huevo. Lógicamente, tenía en la carne el mismo problema que la anterior, así que no podemos darle el aprobado. Por otra parte, el huevo, pese a su aspecto, sí tenía una yema untable, cosa que se agradece. Su precio es de 4€.



Por último pedimos la hamburguesa desafío, la más grande del local, que tiene 300g de carne, doble de queso y beicon. El doble de queso le daba un toque más cremoso, pero como el problema de la carne seguía siendo el mismo, nos llevamos la misma decepción.. Tiene un precio de 6,50€.

No salimos contentos de esta experiencia, y es que pese a que tanto el local como el servicio son buenos, la carne de las hamburguesas debería ser mejor. Tienen también en la carta tanto pizzas como perritos y demás, pero no las hemos probado.


miércoles, 11 de febrero de 2015

Paladar La Moneda Cubana - La Habana

Siguiendo con nuestra visita a La Habana, y tras haber sido recomendados por otros compañeros de viaje, fuimos a comer al paladar La Moneda Cubana, que está situado en una de las calles que llevan hasta la plaza de la catedral.


Como se puede ver en la foto, tomada desde la calle, el sitio es muy pequeño, teniendo espacio nada más que para tres mesas. Como cuando llegamos nosotros todavía quedaba una libre, no resultó un inconveniente. La decoración llama la atención porque las paredes están llenas principalmente de bufandas y otros objetos relacionados con el fútbol y de billetes de multitud de países. IMPORTANTE: parece que hay otro paladar con el mismo nombre que no está muy lejos de éste, pero se encuentra en un primer piso y es más grande.

Como es lógico, en un paladar tan pequeño no hay una carta larga, sino un menú compuesto de ensalada, acompañamiento, plato principal a elegir y postre.


La ensalada es pequeña pero variada. Me sorprendió el aguacate, que pese a que normalmente me resulta insípido, éste me lo comí entero.



El acompañamiento consistía en el típico plato de moros y cristianos, acompañado de plátano frito y dos tipos de yuca. Todo sabía estupendamente.



Para el plato principal escogimos por un lado el emperador. No era una ración grande, pero sin duda que estaba muy rica.



Por otra parte, pedimos también la chuleta de cerdo. Tengo que decir que me encantan los aliños que ponen en este país a la carne, ya que hacen que algo que en principio no tendría mucha historia, tenga un sabor muy bueno.



De postre había fruta bomba con queso Caribe. La fruta bomba es otra manera de llamar a la papaya, y aunque al tomarla sola no nos gustase, combinada con el queso, la impresión cambiaba radicalmente.



Por supuesto, tuvimos que acompañar la comida con el mojito de rigor. No fue el mejor que probamos, pero su calidad/precio lo convierte en obligatorio.

No se puede encontrar ninguna pega en esta visita ya que la comida estaba buena, aunque nada llamara la atención especialmente. La atención, al haber sólo tres mesas, fue rápida y amable. El precio, más o menos el habitual que nos encontramos en el viaje: 13 CUC por persona, que vienen siendo poco más de 10€.



Ficha:
Paladar la Moneda Cubana
C/ San Ignacio, 77
Habana Vieja
La Habana, Cuba
Tlf:  +53 7 867 38 52

Lo mejor: la chuleta de cerdo
Lo menos bueno: con sólo tres mesas, es probable no tener hueco
Precio: 13 CUC