sábado, 31 de diciembre de 2016

Restaurante Volvoreta - Madrid

La mayor parte de las veces salimos a comer por puro vicio, pero de vez en cuando, incluso nosotros celebramos cosas y nos gusta ir a un sitio especial.

Hace ya tiempo que le había echado el ojo al restaurante Volvoreta, que se encuentra en el piso 30 de una de las 4 torres de la Castellana. La carta me llamaba muchísimo la atención, pero siempre optábamos por un sitio más barato... Hasta esta vez, en la que decidimos acabar con las tonterías,. Dicho y hecho, preparamos a fondo la tarjeta y nos mentalizamos para darnos un homenaje en condiciones.



Empezamos con el Huevo de corral a baja temperatura, farinato ibérico, espuma de patata y cebolla crispi que estaba tan bueno como sonaba al leerlo (bueno, es una manera de hablar). Sólo con este plato, casi arrasamos con el pan.



Seguimos con el Arroz de vieira y langostinos con emulsión de lima que nos dejo sin palabras. Estaba espectacular. Cierto es que no es una ración grande, pero de verdad que merece la pena.



Como plato principal pedimos el Tataki de atún rojo con cosas. Sí, es muy largo de escribir todo lo que tenía. Siguiendo el nivel de lo anterior, el resultado fue impresionante. Tuvimos que controlarnos para no pedir otro. En un plato como este, si el atún está bueno, y el punto del tataki es el adecuado, poco más se necesita para disfrutar a lo grande.



Como es difícil resistirnos a los placeres de la carne, literalmente hablando, pedimos el Lomo bajo de buey con patata risolada y pimientos asados. Al igual que el atún, excelentes materia prima y cocción. ¿Qué más se puede pedir?



Ya he escrito varias veces que me revienta que me claven por un postre, pero en este caso, teniendo en cuenta lo bueno que estaba todo lo que habíamos comido, pagar 11€ por el Arroz con "leches" no me dolió. Bueno, en realidad sí qie me dolió, pero un día es un día (ahí, demostrando que mi punto fuerte son las matemáticas).

La presentación nos dejó sin palabras. Las "rocas" eran de chocolate blanco con un lámina de piña por encima y dentro de ellas estaba el arroz con leche. Además, había leche merengada y helado de dulce de leche, y todo ello increíble. Si alguna vez vuelvo a pagar eso por un postre, por favor, que sea algo así.



Al final, 85€ por persona. Es caro, sí, pero para una celebración anual, no es el fin del mundo. La comida fue excelente, y no sabría decir si el servicio fue incluso mejor. En comentarios que he leído en intenet, algunos decían que si eran lentos incluso habiendo poca gente en el local... menuda chorrada. Todos los platos se hacen en el momento, así que si alguien quiere comer más rápido, que se vaya al Mc Donalds. No es algo tan terrible tener que hablar entre plato y plato con quien cenas o disfrutar de las vistas que ofrece este restaurante.


Ficha:

Restaurante Volvoreta
Torre PwC, Paseo de la Castellana 259, B, Planta 30
28046 Madrid
Tlf: 91 334 27 55
Web: Volvoreta


Lo mejor: comida, servicio, vistas.... imposible elegir
Lo menos bueno: no poder ir tan a menudo como me gustaría
Precio: 85 €

viernes, 30 de diciembre de 2016

Restaurante Ruben Escudero - Valladolid

Un sábado cualquiera a mediodía, no teníamos pensado donde ir a comer. Simplemente nos apetecía salir, pero no estábamos suficientemente lúcidos como para decidir dónde. Cosas que pasan, un rato después nos comentaron que iban a probar al día un siguiente un restaurante que estaba en Parquesol del que no habíamos oído hablar: el Rubén Escudero. Dicho y hecho, un vistazo rápido a su carta en internet nos convenció de que debíamos ir allí, así que nos pusimos manos a la obra.

Nos costó un poco llegar porque nos liamos con el GPS, aparte de que el restaurante no es fácil fácil de encontrar, ya que está en una parte peatonal de la calle José Garrote Tobar, que posiblemente debiera tener otro nombre, ya que es perpendicular a ella.

En fin, problemas menores aparte, nos encontramos con un pequeño restaurante de estilo moderno donde se desarrollaría lo interesante de esta entrada.



Para empezar pedimos el Carpaccio de gamba blanca que estaba muy bueno, aunque por ponerle una pega, igual tenía demasiado toque cítrico. 



Seguimos con el Risotto de boletus con ralladura de queso, que pese a que de primeras no nos entusiasmó, poco a poco sí que lo acabo haciendo.



Como plato principal pedimos por un lado el Solomillo de buey con queso de cabra que estaba buenísimo, venciendo incluso mis temores a que el queso de cabra ayudase a tapar una carne no demasiado buena. Además, el punto de cocción de la carne era perfecto, por lo que fue un plato redondo (no hablo literalmente. La forma del plato era normal)



Si la carne nos impresionó, la Lubina braseada con patata panadera estaba incluso aún mejor. Un pescado espectacular, de gran sabor y en su punto, que hace que cualquier cosa que escriba lo desmerezca.



De postre pedimos una Torrija que a primera vista no tenía mucho de torrija, Tenía unas cuantas pasas, que a mi no me van mucho, y un helado de... no me acuerdo. Supongo que sería de vainilla, o por el color, tal vez dulce de leche. El caso es que una vez apartadas las pasas, el resto estaba bastante rico, así que no puedo quejarme.




La cuenta estuvo dentro de lo razonable porque lo que comimos no fue barato precisamente, así que los 50 euros por cabeza estuvieron justificados. El servicio fue muy bueno, aunque como el sitio estaba casi vacío, tampoco es la mejor referencia.

En definitiva, como el sitio nos gustó, la comida fue muy buena al igual que la atención, y el preció no fue excesivo, se queda como un sitio muy recomendable para un día diferente.


Ficha:

Restaurante Rubén Escudero
c/ José Garrote Tobar, 45
47014 Valladolid
Tlf: 983 385 081
Web: Rubén Escudero


Lo mejor: la lubina braseada
Lo menos bueno: por estar en plan quejica, lo peor fue lo que nos costó encontrar el sitio
Precio: 50€

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Sidrería El Otru Mallu - Gijón

Puesto que un día lo invertimos en el Campeonato de Pinchos, el otro teníamos que buscar un sitio para comer sentados, así que nuestra elección fue El Otru Mallu, donde varias veces hemos saciado parte de nuestras ansias sidreras.

El local es bastante grande, y la parte del comedor tiene unas cuantas mesas que, por suerte, no se encuentran demasiado apiñadas.

La carta es variada, pero al ser un grupo fuimos a lo fácil.



Empezamos con unos Chopitos, que eran correctos. Una fritanga que raro es que falle.



La ración de Pulpo no estaba mal de sabor, aunque visto lo visto con otros platos nos pareció algo escasa.



Los Chipirones a la plancha estaban muy buenos. El mejor entrante de los que probamos.



Hablando ahora de los principales, la Merluza a la cazuela nos dejó con la boca abierta. No sólo era una ración bastante grande, sino que además estaba estupenda.



La Merluza a la plancha estaba buena, pero para mi gusto, ni color con la anterior.



Para terminar con los principales, la Lubina en salsa de oricios resultó espectacular. Una ración muy generosa y llena de sabor. Para repetir si volvemos al restaurante.



De postre empezamos con un Flan que estaba bueno. Nada del otro mundo, porque con los flanes no es fácil sorprender, pero tampoco se le podía poner pegas.



La Tarta de queso tampoco falló, y aunque era grande y estábamos bastante llenos, no sobró ni una migaja.



Al final salimos a 30€ por persona, que no está nada mal teniendo en cuenta que nos pusimos las botas. En esta sidrería, por lo que hemos probado, es mucho más recomendable pedir pescado que carne, ya que lo que probamos no nos convenció, especialmente el cachopo del que no sé porqué, pero no tengo fotos. El servicio no estuvo mal, sobre todo teniendo en cuenta que el local estaba abarrotado.


Ficha:

Sidrería El Otru Mallu
C/ Sanz Crespo, 15
33207 Gijón, Asturias
Tlf: 985 359 981
Web: El Otru Mallu


Lo mejor: la lubina en salsa de oricios
Lo menos bueno: el cachopo
Precio: 30€

domingo, 18 de diciembre de 2016

Asador La Bolera - Gijón

Llegado por fin el momento de nuestra visita anual a Gijón, no pudimos ir a El Sueve, nuestro restaurante de referencia, porque estaban de vacaciones, así que fuimos al asador La Bolera tras haber pedido referencias a un amigo.

El restaurante está bastante alejado de nuestro radio habitual de acción, pero nada que no se solucione con un taxi. 





Empezamos con una ración de Cecina que, si bien estaba buena, tenía demasiado aceite por encima, lo que es un detalle que no me gusta nada.



A continuación, y fuera de carta, pedimos un plato que estaba compuesto por zamburiñas, mejillones, gambas y atún. Todo estaba espectacular, aunque igual las zamburiñas destacaban algo más.



Al ser un grupo, una Ensalada siempre acaba cayendo, y esta no estaba mal.



Como la carne era la razón principal de nuestra visita, y teniendo en cuenta que no somos expertos en Carne de Angus, al verla en la carta nos vimos incapaces de pasar de ella. El punto de la carne estaba bastante bien, estaba tierna y tenía un sabor muy rico. Una elección para ir a lo seguro.



También pedimos el Chuletón de vaca que tenía un punto de cocción perfecto, de sabor estaba aún mejor que el Angus, pero tenía zonas demasiado duras, aspecto que nos confirmó el propio dueño del restaurante.



Las patatas fritas que nos trajeron para acompañar la carne estaban espectaculares. 



De postre pedimos Tarta de queso, Arroz con leche y Flan. Imposible decidir cuál estaba mejor.



Al final salimos a 50€ por persona, caro, pero no una locura teniendo en cuenta que comimos carne buena y marisco. Quizás faltó el detalle de que nos hubieran invitado a los chupitos, pero eso ya no está en nuestras manos.


Ficha:

Asador La Bolera
Av/ Jardín Botánico, 355
33203 Gijón, Asturias
Tlf: 984 240 647 (Reservas) / 662 31 85 53
Web: La Bolera


Lo mejor: para algunos el chuletón de vaca, para otros el Angus
Lo menos bueno: el aceite en la cecina
Precio: 50€

martes, 13 de diciembre de 2016

Taberna Salinas - Córdoba

Seguimos recuperando el tiempo perdido con esta entrada referente a nuestro viaje a Córdoba para aprovechar el puente del 1 de noviembre.

Los dos primeros días estuvimos comiendo de tapas/raciones en bares del centro, pero por hacer algo diferente, en algún momento tocaba comer sentado sí o sí, así que tras hacer un poco de investigación, el destino escogido fue la Taberna Salinas.

Yo tenía ciertas dudas en meternos en lo que, sin haberlo visto, parecía ser un sitio típico de turistas donde comer comida de batalla y que te saquen los ojos con la cuenta, y al llegar, parte de mis miedos se confirmaron, ya que estaba lleno y nos tocaba esperar una hora. Como tampoco era algo tan grave, nos fuimos a tomar algo por ahí, pero cuando volvimos pasado ese tiempo, todavía tuvimos que esperar unos 20 minutos más a que se vaciara una mesa.

Todo mejoró cuando nos acompañaron al interior, ya que pudimos ver un precioso patio y unos salones bien decorados. Nos darán el palo y la comida será regular, pero el sitio es bonito de narices pensaba yo. Segundo punto a favor, el servicio: los camareros eran simpáticos, sin pasarse ni ser pesados, y nos dieron unas buenas recomendaciones con la carta, que en este sitio lo más apropiado parece ser pedir raciones para compartir, pero sin pasarse, ya que son generosas.



Empezamos con el típico Salmorejo Cordobés, que para eso estábamos de turisteo. Muy rico de sabor y con bastante chicha por encima.



Seguimos con las no menos típicas Berenjenas fritas con miel de caña que también resultaron un acierto. Las mejores que probamos en el fin de semana.



Como no hay dos sin tres, salvo en el número de orejas que tiene uno por ejemplo, pedimos un Flamenquín. No resultaba muy grasiento y tenía bastante queso, por lo que recibió nuestra aprobación.



La Carrillada ibérica al estilo de la Taberna pudo ser lo mejor de la noche ya que estaba espectacular.



Vale, reconozco que como estábamos completamente metidos en plena vorágine turista, pedir el Rabo de toro estofado al estilo cordobés era la elección más lógica. Lógica y sabrosa, porqué estaba buenísimo. Casi casi al nivel de la carrillada.



Para terminar con las raciones principales, pedimos la Carne con tomate a la cordobesa, que si bien estaba bastante rica, el gran nivel de las anteriores raciones no le hicieron brillar.



Los postres también supieron estar a la altura, y la Tarta de queso fue devorada en un santiamén. 



Las Natillas "Cordobesa", que no sé que tenían de cordobés ya que mi madre las hace iguales, fueron el ejemplo del típico postre sencillo y rico que nunca falla.



Después de haber comido una buena cantidad, ver una cuenta en la que se sale a menos de 15€ por cabeza parece un sueño hecho realidad.

Como ya he comentado, tenía miedo de que nos dieran un buen palo por lo que parecía ser una trampa para turistas, pero después de esta experiencia, no dudaría ni un instante en volver si surgiera la oportunidad. Además, el trato de todo el personal ayuda a sentirse tan a gusto como en casa, por lo que es difícil sacarle pegas al restaurante, aparte de la espera si no se va a primera hora.


Ficha:

Taberna Salinas
c/ Tundidores, 3
14002 Córdoba
Tlf: 957 48 01 35 / 957 48 29 50
Web: Taberna Salinas


Lo mejor: difícil escoger, pero me quedo con la carrillada
Lo menos bueno: tiene pinta de estar siempre lleno
Precio: 15€

jueves, 8 de diciembre de 2016

Restaurante La Berrea - Valladolid

No, no hemos abandonado el blog, ni nos hemos ido a un lugar sin internet, ni nos hemos muerto, ni... simplemente se nos ha ido de las manos lo del "luego ya si eso". Así que nada, manos a la obra con la siguiente entrada para ir sacando trabajo pendiente.

Hace ya tiempo que teníamos en mente visitar La Berrea, ya sea por sus hamburguesas para nuestro especial, o por su carne para ponernos las botas, así que cuando ya conseguimos ir, nos decidimos por lo último.

No es un restaurante para ir de punta en blanco, ya que los manteles son de papel, así en plan de andar por casa, pero si alguien se preocupa por ello con la buena fama que tiene su carne, peor para él. No dispone de una carta especialmente variada: entrantes sencillos y la carne como estrella de segundo.



Quisimos pedir unas setas para empezar, pero como el año no ha sido muy propicio y no tenían, el plan B fueron unas Croquetas de jamón que nos resultaron bastante sosas. Tenían buen aspecto, pero hubiésemos estado mejor sin ellas.



También pedimos una ración de Cecina que nos compensó sobradamente por el chasco anterior. Una ración generosa a buen precio siempre es de agradecer.



Y por supuesto, el Chuletón de buey. La carne estaba bastante buena, y teniendo en cuenta su precio, nos supo aún mejor. Por supuesto, al hacer la carne a la piedra, luego se te queda un olorcillo en la ropa que... 



Para acabar probamos un Arroz con leche que fue correcto. Por suerte, aquí no ha llegado la moda de inflar los precios de los postres, así que nos dimos por satisfechos.



Sabíamos que no íbamos a gastar mucho, por un lado por lo que vimos en la carta, y por otro porque bebimos cerveza en lugar de vino, pero leer que salíamos a 25€ por cabeza fue casi como tocar el cielo. La comida está muy bien, con lo que la relación calidad/precio es excelente. Además, los camareros que nos atendieron acabaron siendo bastante simpáticos, lo que mejoró aún más la experiencia.

Lo dicho: es una gran opción para comer bien por poco dinero. Por lo que hemos leído en su Facebook, tienen unos menús anti-crisis que pueden ser una buena opción. Por nuestra parte, esperamos no tardar más de dos o tres milenios en volver para probar sus hamburguesas, que sólo de pensar en ellas me pongo a salivar.


Ficha:

Brasería La Berrea
c/ Gerona, 10-12
47013 Valladolid
Tlf: 983 47 72 18
Facebook: La Berrea


Lo mejor: la relación calidad/precio
Lo menos bueno: las croquetas
Precio: 25€

jueves, 10 de noviembre de 2016

Buscando la mejor hamburguesería de Valladolid (XXXIII): El Trovador

Nuestra última parada, hasta el momento, buscando la mejor hamburguesería, nos llevó hasta El Trovador, un gastrobar, aunque a mi me sigue pareciendo un bar normal, que nos pilla bastante bien de casa. Lo de gastrobar viene, creo, porque se pueden encargar unas degustaciones de tapas bastante trabajadas en principio, aunque también puede ser porque últimamente mola más llamarse gastrobar. El local en sí, como decíamos, parece un bar de lo más normal y cuenta con unas pocas mesas donde poder comer/cenar.

En cuanto a las hamburguesas, no es que disponga de mucha variedad, ni se necesita en un bar, pero nos llamaron la atención las especialidades de "buey", lo que fue motivo suficiente para la visita de rigor.



Empezamos con la Hamburguesa de buey 100%, nombre currado donde los haya, que lleva junto a la carne: lechuga, tomate, cebolla, salsa americana y queso semicurado de cabra.

La pedimos poco hecha, pero nuestra petición se quedó en limbo y la carne era ideal para las embarazadas. Por suerte, o más bien debido a que la carne no era mala, pudimos sacarle bastante sabor. El pan fue uno de los puntos fuertes al ser de calidad y estar bastante bueno, además de tener la suficiente consistencia como para no romperse. La salsa americana está muy vista pero me sigue gustando, y el queso de cabra aportó su punto sin acaparlo todo. El precio de esta hamburguesa es de 5,50 €.



La otra especialidad es a la que se hace más propaganda: la Especial Gourmet de Buey, que lleva 200g de carne 100% de buey, mozarella de buffala, hojas verdes, cebolla morada confitada, moras en vino y chimichurri casero.

Idénticas observaciones a la anterior en cuanto a la carne y al pan. Mi mayor sorpresa estuvo en las moras, ya que las otras ocasiones en las que había moras, o similar, como ingrediente, el resultado nunca fue satisfactorio, cosa que aquí no pasó, principalmente por el agradable sabor dulce que proporcionaban. Todo ello, junto a la mozarella, resultó en una hamburguesa muy buena (hubiera sido excelente si la carne hubiera estado poco hecha como pedimos) que tiene un precio de 5,70€.

Se hubiera agradecido que hubiesen dejado caer alguna patata frita en el plato, pero en general es una buena idea acercarse a este gastrobar a comer una hamburguesa, o llevársela para casa, que también se puede hacer. El servicio fue correcto, aunque me dio la impresión de que tardaron mucho en servirnos la cena.


domingo, 23 de octubre de 2016

Especial "Japandolid": Taberna Wabi Sabi

Esta entrada debería haber estado realizada hace año y medio, pero como se me estropeó el móvil y me desaparecieron las fotos, he tenido la oportunidad de visitarlo en varias ocasiones, siendo la última vez con familia incluida (es decir padres y suegra de mi hermano) con ciertas reticencias al sushi, con lo que los miembros de Gourmets en Acción buscamos un menú que, siendo muy japonés, buscase productos que fuesen apetecibles a todos los paladares.

Antes que nada, hablar un poco de la taberna Wabi Sabi. El local está dividido en dos plantas: la de arriba para picoteo (por cierto, impagable el póster japonés de Harry el Sucio)  y la de abajo para el restaurante. Quizás la parte del restaurante no tenga ese aspecto tan exclusivo que puedan tener el Nippon o el Suite 22, pero una de las cosas que más gustan son los peces de origami que cuelgan del techo.

Bueno pues sin más dilación pasemos al menú:



Empezamos con un clásico que suele gustar tanto a los aficionados a la comida japonesa como a los que no: Gyozas. Las de la foto superior son las de cerdo e iban fritas, mientras que abajo son las típicas de pollo al vapor. Fue un plato muy agradecido por todos los comensales,aunque las preferidas fueron las de pollo. De los seis que estábamos cinco habíamos podido probar las maravillosas gyozas de Lou en Tokio, que se han convertido en el Gold Standard,y éstas pasaban con nota alta.


Pasando al apartado de sushi, uno de nuestros preferidos es el Nigiri Tamago. Como su propio nombre indica es un Nigiri de huevo de codorniz al que le añaden un poco de trufa. Si no te gusta el sushi, este lo podrás comer sin problemas. Una muestra de sushi "tonto" pero magnífico en su ejecución.


Otro sushi que suele gustar a los que no aprecian esta forma culinaria son los tempurizados. En este caso fuimos con un Maki Panko, que es un tempurizado de anguila con tempura en panko (más conocido como pan japonés). Una magnífica pieza muy apreciada por los neófitos que no da la sensación de "pescado crudo" que alguna gente aborrece y una pieza apreciable a aquéllos que gustan del estilo japonés.


Dentro del apartado de los "sushi fusión" me sorprendieron con dos piezas que no había probado: Los nigiris de Vieira al pesto y los de Salmón flambeado. El que más me sorprendió fue el de Vieira, aunque los dos estaban a un gran nivel. Es muy de agradecer este tipo de platos que me retrotraen a los magníficos sushis de autor del Miyama, del Doki Doki o del Inari. Pasan con muy buena nota.


Si hay algo del menú por el que vuelvo una y otra vez al Wabi Sabi es, sin duda, por el Okonomiyaki. Este plato conocido como "pizza japonesa" (aunque se asemeja más a una tortilla) suele gustar bastante al que cree que lo japonés es sólo sushi. En la versión de Wabi Sabi se incluye como ingredientes fuertes el bacon y las gambas. Comerlo lo lleva a uno de vuelta al Nishiki Warai de Kyoto o al Ginza Lion Akihabara de Tokio. Lo único que echo de menos, la plancha caliente y las paletas. Vuelvo a decir que es de agradecer un sitio en Valladolid con Okonomiyaki y, desde este blog, retamos a la gente de cocina del Wabi Sabi a realizar más variantes de este plato; estamos dispuestos a probar lo que se les ocurra.


Una clásica tempura de verduras que no destacaba respecto a otras tempuras que hayamos probado pero que, sin duda, estaba bastante bien. Los que más agradecieron este plato fueron los comensales menos aficionados a este estilo de cocina que suele gustar a todo el mundo. He de decir que cuando tomé la foto se había comido la mitad del plato, así que la imagen es un poco pobre.


El ebi-frie con mayonesa al wasabi es la interpretación japonesa de la "gamba con gabardina", eso sí, con un rebozado mucho más fino. Lo que sorprende de este plato es la mayonesa al wasabi, que da un punto picante pero sin abrasar el paladar, lo que lo hace aún más suculento.

En cuanto a los postres:


Un muy buen coulant de chocolate que, por suerte, no era excesivamente amargo, lo cual agradecí.


Una simpática tempura de plátano con helado que estaba francamente bien.


Unas sabrosas Gyozas crujientes de manzana, o la reinterpretación de la tarta de manzana con helado.


Y, como colofón, unos mochis de cheese cake donde hasta los adornos de tierra y las setas son comestibles. Este postre siempre llama mucho la atención por su presentación, siendo los mochis bastante buenos.

El servicio fue bastante ágil (aunque te advierten que el Okonomiyaki tarda 20 minutos en hacerse) aunque se despistaron un poco a la hora de la cuenta y tardaron un poco más, pero nada que empañase la estupenda comida.

Y, como marca de la casa, ponemos la minuta:

Como se puede ver, salimos a menos de 25€ por cabeza, lo que es un buen precio para un japonés.

En definitiva, el Wabi Sabi es el restaurante japonés del que no saldrá con hambre la persona que no le gusta la comida japonesa (o eso cree si por comida japonesa sólo ve sushi y sashimi).

Ficha:

Taberna Wabi Sabi
C/ Comedias (esquina Plaza Martí y Monsó)
47001 Valladolid
Tlf: 98353233
Web: www.tabernawabisabi.es
Una cosa muy buena que tienen es que las reservas de mesa se pueden hacer por Internet y ofrecen productos para llevar.

Lo mejor: El Okonomiyaki y el nigiri tamago.
Lo menos bueno: Sus tartares no son de los mejores (y qué más da teniendo el Okonomiyaki).
Precio: 25€ por persona

Especial Japandolid