martes, 13 de diciembre de 2016

Taberna Salinas - Córdoba

Seguimos recuperando el tiempo perdido con esta entrada referente a nuestro viaje a Córdoba para aprovechar el puente del 1 de noviembre.

Los dos primeros días estuvimos comiendo de tapas/raciones en bares del centro, pero por hacer algo diferente, en algún momento tocaba comer sentado sí o sí, así que tras hacer un poco de investigación, el destino escogido fue la Taberna Salinas.

Yo tenía ciertas dudas en meternos en lo que, sin haberlo visto, parecía ser un sitio típico de turistas donde comer comida de batalla y que te saquen los ojos con la cuenta, y al llegar, parte de mis miedos se confirmaron, ya que estaba lleno y nos tocaba esperar una hora. Como tampoco era algo tan grave, nos fuimos a tomar algo por ahí, pero cuando volvimos pasado ese tiempo, todavía tuvimos que esperar unos 20 minutos más a que se vaciara una mesa.

Todo mejoró cuando nos acompañaron al interior, ya que pudimos ver un precioso patio y unos salones bien decorados. Nos darán el palo y la comida será regular, pero el sitio es bonito de narices pensaba yo. Segundo punto a favor, el servicio: los camareros eran simpáticos, sin pasarse ni ser pesados, y nos dieron unas buenas recomendaciones con la carta, que en este sitio lo más apropiado parece ser pedir raciones para compartir, pero sin pasarse, ya que son generosas.



Empezamos con el típico Salmorejo Cordobés, que para eso estábamos de turisteo. Muy rico de sabor y con bastante chicha por encima.



Seguimos con las no menos típicas Berenjenas fritas con miel de caña que también resultaron un acierto. Las mejores que probamos en el fin de semana.



Como no hay dos sin tres, salvo en el número de orejas que tiene uno por ejemplo, pedimos un Flamenquín. No resultaba muy grasiento y tenía bastante queso, por lo que recibió nuestra aprobación.



La Carrillada ibérica al estilo de la Taberna pudo ser lo mejor de la noche ya que estaba espectacular.



Vale, reconozco que como estábamos completamente metidos en plena vorágine turista, pedir el Rabo de toro estofado al estilo cordobés era la elección más lógica. Lógica y sabrosa, porqué estaba buenísimo. Casi casi al nivel de la carrillada.



Para terminar con las raciones principales, pedimos la Carne con tomate a la cordobesa, que si bien estaba bastante rica, el gran nivel de las anteriores raciones no le hicieron brillar.



Los postres también supieron estar a la altura, y la Tarta de queso fue devorada en un santiamén. 



Las Natillas "Cordobesa", que no sé que tenían de cordobés ya que mi madre las hace iguales, fueron el ejemplo del típico postre sencillo y rico que nunca falla.



Después de haber comido una buena cantidad, ver una cuenta en la que se sale a menos de 15€ por cabeza parece un sueño hecho realidad.

Como ya he comentado, tenía miedo de que nos dieran un buen palo por lo que parecía ser una trampa para turistas, pero después de esta experiencia, no dudaría ni un instante en volver si surgiera la oportunidad. Además, el trato de todo el personal ayuda a sentirse tan a gusto como en casa, por lo que es difícil sacarle pegas al restaurante, aparte de la espera si no se va a primera hora.


Ficha:

Taberna Salinas
c/ Tundidores, 3
14002 Córdoba
Tlf: 957 48 01 35 / 957 48 29 50
Web: Taberna Salinas


Lo mejor: difícil escoger, pero me quedo con la carrillada
Lo menos bueno: tiene pinta de estar siempre lleno
Precio: 15€

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