Lo primero que hay que resaltar es que, a la hora de reservar, o se pide primer turno (las 14h ya es un poco tarde), o puedes empezar a pensar en que vas a comer a partir de las 16h o más. Visto ésto, nada más entrar en el local, hay que hacerse hueco como buenamente se pueda a través de la parte del bar porque suele estar muy lleno, y llegar hasta la parte donde avisas de tu reserva es toda una aventura. Finalmente llega el momento en el que te acompañan hasta tu mesa, y puedes tener suerte y que esté situada en alguno de los salones cercanos, o puedes empezar a andar y arrepentirte de no haberte llevado un sherpa que cargue con tus pertenencias, porque la cantidad de salones que tiene este restaurante es impresionante.
Queda claro qué es lo típico de Segovia |
Tras la caminata (o no), te sientas y puedes empezar a salivar al ver la cantidad de comida que circula alrededor, pero lo solucionan rápidamente poniendo como aperitivo un paté de cochinillo.
Relación cantidad-calidad/precio espectacular |
Como entrantes empezamos por el chorizo de Cantimpalos pasado por la sartén.
Es un entrante muy sabroso, abundante y económico. Para mi es imprescindible.
Molejitas mollejitas, ¿que haríamos sin vosotras? |
Como de costumbre, no podían faltar las mollejas. En este caso estaban confitadas y salteadas con Pedro Ximénez y acompañadas de brotes tiernos.
He de decir que no estaba muy animado con esta modalidad, pero todo fue probarlas y darme cuenta de que teníamos un gran entrante frente a nosotros. Para la gente que no sea muy de comer verde, como yo en los restaurantes, los brotes les daban un punto muy rico que no hay que dejar pasar.
Una
vez acabados los entrantes, y estándo regando nuestro interior con el
excepcional Pago de Carraovejas que sirven como vino de la casa, llegó
el momento del cochinillo.
Con su piel crujiente y la carne bien tierna, no puedo evitar salivar al pensar en esta delicia. Qué grande es Segovia y qué ricos sus cochinillos.
Dame ponche y llámame tonto |
En los postres tampoco debe faltar el típico Ponche Segoviano
Por variar un poco también pedimos tarta de queso. Venía con un sofrito de frambuesa y un helado de avellana. Muy logrado, pero la misma pega que antes: 7€ que costaba la gracia.
Pese a la pega del precio de los postres, la visita fue sensacional. La comida estupenda, y el servicio del restaurante impecable, pero además, un detalle de los que a mi gusto marcan la diferencia: José María, el dueño, se pasó mesa por mesa saludando a los comensales, interesándose por su opinión, y prestándose a sacarse alguna foto partiendo el cochinillo de la manera tradicional.
Ficha:
Jose María
c/ Cronista Lecea, 11
40001 Segovia
Tlf: 921 461 111 - 921 466 017
Web: Restaurante Jose María
Lo mejor: como no podía ser de otra manera, el cochinillo
Lo menos bueno: el precio de los postres
Precio: 40 € por persona