Como buenos comedores de carne que somos, siempre teníamos en mente ir en algún momento al restaurante El Capricho para probar esos bueyes que tanta fama tienen. Por haber leído bastante sobre el sitio, teníamos muy claro lo que íbamos a encontrar: una carne excelente a un precio más que elevado.
La bodega donde está situado está bien, pero las hemos visto mucho más bonitas. En la parte positiva, las mesas están bastante separadas unas de otras, así que la amplitud es la nota dominante.
La bodega donde está situado está bien, pero las hemos visto mucho más bonitas. En la parte positiva, las mesas están bastante separadas unas de otras, así que la amplitud es la nota dominante.
¿Venimos a un sitio donde la carne es lo más importante y saco una foto del pan?. Dejadme vivir. Por el precio que teníamos en mente pagar, pensaba sacar fotos a todo, que no está la cosa como para venir cada semana.
El caso es que el pan de hogaza estaba muy bueno, salvo la pega de estar un poco quemado por debajo.
El caso es que el pan de hogaza estaba muy bueno, salvo la pega de estar un poco quemado por debajo.
Como aperitivo por parte de la casa, un poco de paté de buey para ir entrando en materia. Muy rico, y con el detalle del pan ligeramente tostado, hace la espera más llevadera.
Un poco de vino se hace indispensable para acompañar al buey, eso sí, a precio de oro. Me quedé con ganas de enjuagarme la boca con él para aprovecharlo un poco más.
En la carta aparece el carpaccio de solomillo, pero fuera de ella nos dijeron que tenían también carpaccio de lomo madurado, y en caso de escoger, éste era algo mejor, por lo que nos decidimos por él. Estaba espectacular. Posiblemente el mejor que haya probado.
Préstenme atención por favor... a ver, un poco de silencio... encadenen a ese niño a ver si se está quieto de una vez... Les presentamos a: ¡¡¡la chuleta de buey premium!!!
Tuve que hacer gala de un gran autocontrol para no pegarle un bocado según la trajeron. Nos quedamos con ganas de haberla pedido más grande, pero la visión de tener que quedarnos limpiando nos cerró el estómago, por lo que dimos nuestro visto bueno.
La siguiente vez que la vimos, había salido de su crisálida y ya estaba lista para hincarle el diente, pero todavía quedaba esperar un poquito más, ya que el dueño, José Gordón, iba a cortarla en nuestra propia mesa. Yo, por mi parte, bastante tenía con no llorar por no poder empezar ya.
La parte "bonita" la sirven en el plato y el resto lo dejan en la fuente para que te pegues después con ella. Hay que comerse también la grasa. Yo nunca la como, pero tengo que reconocer que en este caso merece la pena. El sabor es tan bueno como el aspecto que tenía. No tengo dudas en decir que nunca he comido una carne mejor.
Pedimos como acompañamiento unas patatas fritas. Son completamente caseras y se nota que el producto es de calidad. Riquísimas.
Con una lagrimilla recorriéndonos la mejilla por haber terminado el plato principal, pasamos a los postres. Pedimos primero el flan de huevo,.que estaba bastante bueno, y para lo que se mueve en este restaurante, sale bien de precio (3,5€ + IVA).
Como tenía buenas críticas pedí, aunque no me llamara del todo la atención, el postre de la casa: torta de buey, helado de galleta con agar de café y espuma de chocolate blanco. No lo disfruté del todo porque no me va el café, pero quien no tenga ese problema lo encontrará delicioso.
No me gusta demasiado el detalle de que, tras acabar de comer, dejan una nota con los productos de su tienda por si quieres comprar algo. No sé, no me parece apropiado. Llama la atención que, el precio de la chuleta por ejemplo, sea el mismo que si te lo hacen ellos. ¿De verdad voy a pagar lo mismo por la carne para llevármela a casa, y además cruzar los dedos para dejarla bien?.
Tampoco me gustó que la carta no incluyera el IVA. Ya tenía asumido pagar la chuleta a 120 €/Kg, pero añadir a mayores otros 12 €/Kg de impuestos... ¿Cual es el problema de incluirlo directamente en la carta?. Además, tampoco llegué a fijarme en que estuviera reflejado en algún lado.
En fin, vamos a dejar los lamentos para otro momento. El servicio fue muy bueno, así que de paso aprovecho para no parecer tan llorón.
Por último, la pregunta que me imagino que todo el mundo se hace, como yo lo hice en su momento. ¿Merece la pena? Mi respuesta es que no. La carne es increíble, pero por ese precio puedo comer en tres o cuatro restaurantes. Una vez, por darse un capricho (jamás un restaurante tuvo un nombre más apropiado), puede tener un pase, pero poco más.
Ficha:
Bodega El Capricho
c/ Paraje de la Vega, s/n
c/ Paraje de la Vega, s/n
24767 Jiménez de Jamuz (León)
Tlf: 987 66 42 27 / 639 404 252
Web: El Capricho
Web: El Capricho
Lo mejor: la mejor carne que he comido
Lo menos bueno: el precio
Precio: 120 €