sábado, 30 de mayo de 2015

Bodega El Capricho - Jiménez de Jamuz

Como buenos comedores de carne que somos, siempre teníamos en mente ir en algún momento al restaurante El Capricho para probar esos bueyes que tanta fama tienen. Por haber leído bastante sobre el sitio, teníamos muy claro lo que íbamos a encontrar: una carne excelente a un precio más que elevado.

La bodega donde está situado está bien, pero las hemos visto mucho más bonitas. En la parte positiva, las mesas están bastante separadas unas de otras, así que la amplitud es la nota dominante.



¿Venimos a un sitio donde la carne es lo más importante y saco una foto del pan?. Dejadme vivir. Por el precio que teníamos en mente pagar, pensaba sacar fotos a todo, que no está la cosa como para venir cada semana.

El caso es que el pan de hogaza estaba muy bueno, salvo la pega de estar un poco quemado por debajo.



Como aperitivo por parte de la casa, un poco de paté de buey para ir entrando en materia. Muy rico, y con el detalle del pan ligeramente tostado, hace la espera más llevadera.



Un poco de vino se hace indispensable para acompañar al buey, eso sí, a precio de oro. Me quedé con ganas de enjuagarme la boca con él para aprovecharlo un poco más.



En la carta aparece el carpaccio de solomillo, pero fuera de ella nos dijeron que tenían también carpaccio de lomo madurado, y en caso de escoger, éste era algo mejor, por lo que nos decidimos por él. Estaba espectacular. Posiblemente el mejor que haya probado.



Préstenme atención por favor... a ver, un poco de silencio... encadenen a ese niño a ver si se está quieto de una vez... Les presentamos a:  ¡¡¡la chuleta de buey premium!!!

Tuve que hacer gala de un gran autocontrol para no pegarle un bocado según la trajeron. Nos quedamos con ganas de haberla pedido más grande, pero la visión de tener que quedarnos limpiando nos cerró el estómago, por lo que dimos nuestro visto bueno.



La siguiente vez que la vimos, había salido de su crisálida y ya estaba lista para hincarle el diente, pero todavía quedaba esperar un poquito más, ya que el dueño, José Gordón, iba a cortarla en nuestra propia mesa. Yo, por mi parte, bastante tenía con no llorar por no poder empezar ya.



La parte "bonita" la sirven en el plato y el resto lo dejan en la fuente para que te pegues después con ella. Hay que comerse también la grasa. Yo nunca la como, pero tengo que reconocer que en este caso merece la pena. El sabor es tan bueno como el aspecto que tenía. No tengo dudas en decir que nunca he comido una carne mejor.



Pedimos como acompañamiento unas patatas fritas. Son completamente caseras y se nota que el producto es de calidad. Riquísimas.



Con una lagrimilla recorriéndonos la mejilla por haber terminado el plato principal, pasamos a los postres. Pedimos primero el flan de huevo,.que estaba bastante bueno, y para lo que se mueve en este restaurante, sale bien de precio (3,5€ + IVA).



Como tenía buenas críticas pedí, aunque no me llamara del todo la atención, el postre de la casa: torta de buey, helado de galleta con agar de café y espuma de chocolate blanco. No lo disfruté del todo porque no me va el café, pero quien no tenga ese problema lo encontrará delicioso.

No me gusta demasiado el detalle de que, tras acabar de comer, dejan una nota con los productos de su tienda por si quieres comprar algo. No sé, no me parece apropiado. Llama la atención que, el precio de la chuleta por ejemplo, sea el mismo que si te lo hacen ellos. ¿De verdad voy a pagar lo mismo por la carne para llevármela a casa, y además cruzar los dedos para dejarla bien?.

Tampoco me gustó que la carta no incluyera el IVA. Ya tenía asumido pagar la chuleta a 120 €/Kg, pero añadir a mayores otros 12 €/Kg de impuestos... ¿Cual es el problema de incluirlo directamente en la carta?. Además, tampoco llegué a fijarme en que estuviera reflejado en algún lado.

En fin, vamos a dejar los lamentos para otro momento. El servicio fue muy bueno, así que de paso aprovecho para no parecer tan llorón.

Por último, la pregunta que me imagino que todo el mundo se hace, como yo lo hice en su momento. ¿Merece la pena? Mi respuesta es que no. La carne es increíble, pero por ese precio puedo comer en tres o cuatro restaurantes. Una vez, por darse un capricho (jamás un restaurante tuvo un nombre más apropiado), puede tener un pase, pero poco más.




Ficha:

Bodega El Capricho
c/ Paraje de la Vega, s/n
24767 Jiménez de Jamuz (León)
Tlf: 987 66 42 27 / 639 404 252
Web: El Capricho

Lo mejor: la mejor carne que he comido
Lo menos bueno: el precio
Precio: 120 €

miércoles, 27 de mayo de 2015

Restaurante María - Valladolid

En una nueva aventura gastronómica (sí sí, aventura, que se note que vivimos al límite) fuimos a comer al restaurante María, que está situado junto al Museo Cervantes, a pocos metros de Plaza Madrid.

Al poco de acomodarnos en nuestra mesa, nos vimos irremediablemente atraídos por la simpatía, que en ocasiones nos llevó a preocuparnos por su salud mental, de una camarera con la que nos íbamos a acabar riendo un montón. Pero bueno, vamos a ponernos de una vez con lo que dio de sí esta visita.



En los entrantes para compartir, empezamos pidiendo unas judías tío Lucas. No es que estuvieran mal, pero al no tener más "compañía" nos resultaron algo sosas.



Ese problema no lo sufrieron los boletus edulis con foie. Un plato espectacular en el que ambos sabores tenían su cuota perfecta de protagonismo.



También, fuera de carta, quisimos probar el atún rojo, que era escaso pero muy rico.



Había leído buenas críticas sobre el steak tartare de este restaurante, así que por mi parte no tuve muchas dudas de qué pedir. No me defraudó en absoluto ya que se cumplieron todas mis premisas: se hace a la vista del comensal, se hace al gusto, se prueba antes de servir y, por supuesto, está buenísmo.



El chuletón de buey fue el punto negativo de la comida, ya que el corte no era bueno y estaba lleno de "nervios". No hubo objeciones en su sabor, pero la dificultad para comerlo ya hizo todo el daño.



Pedimos por último, el solomillo de ternera con salsa a la pimienta. La carne estaba en su punto y con buen sabor y la salsa estaba rica, así que quedamos contentos.



A la hora de los postres, comenzamos con un flan de huevo con toques al tomillo que pasó sin pena ni gloria.



La tarta de queso sin embargo, sí estaba bien buena y no decepcionará a sus seguidores.



Para acabar, nos recomendaron un postre cuyo nombre no consigo recordar al que llamaré, en un alarde de publicista frustrado, tarta misteriosa, que nos fue vendida como muy muy dulce y bueno... supongo que debemos tener un concepto distinto de la expresión muy muy dulce.

¿Acabó aquí la velada?, ¡NO!, todavía quedaba un momentazo que será difícil de olvidar. Al principio de la comida, con el cachondeo que llevábamos, dijimos que era mi cumpleaños, quién nota unos meses de diferencia, y antes de acabar, se bajaron las luces del salón y aparecieron las camareras cantando la canción 'Corazón contento' repartiendo trufas con una velita a todos los "cumpleañeros". Por si no fuera suficiente, nos acabamos sacando unas fotos con nuestra camarera, quien nos comentó que había que hacerlas con la palabra secreta del día: mitocondría. Ver para creer.

No creo sorprender a nadie si digo que quedamos muy contentos con la experiencia. La comida, a excepción del chuletón, fue muy buena, y la atención recibida, de matrícula de honor. El precio, de poco más de 40€ por persona, parece justo en una comida con atún rojo y steak tartare.




Ficha:

Restaurante María
c/ Rastro, 6
47001, Valladolid
Tlf: 983 39 44 66
Web: Restaurante María


Lo mejor: el steak tartare
Lo menos bueno: el chuletón
Precio: 40€

jueves, 7 de mayo de 2015

De tapas por Zamora 2015

Otro año más, nos hemos acercado a la celebración del X festival de tapas por Zamora. Por culpa de trabajo, sólo podíamos ir el último fin de semana, así que para compensarlo en parte, nos quedamos dos días enteros para aprovechar lo que buenamente pudimos.

Seguimos echando en falta un mapa que ayude a localizar los establecimientos participantes. La aplicación te indica el más cercano, pero no hay nada como un mapa. En la aplicación se podía ver el horario en que servían las tapas, cosa que también hubiera venido bien en el folleto.

El precio por tapa era de 1,30€, por lo que nuestras carteras no sufrieron demasiado.

Albondigón: Albóndiga de setas con salsa de tomate.

Restaurante Biere: c/ Benavente, 7

Sin siquiera haber dejado las maletas en el hotel, aprovechamos para comer esta primera tapa. No es que la presentación asombre, ni que, en principio, sea demasiado elaborada, pero estaba bien rica, así que todo empezó a pedir de boca.


Teja Patanegra: Teja caliente con láminas de buey, pimienta sal maldón, foie, crema de aceitunas y otras salsas, pimiento de piquillo.

Restaurante Patanegra: c/ Pelayo, 4

Íbamos con grandes expectativas al Patanegra y no nos defraudó. El vapor fue un curioso efecto visual que no aportó en demasía, pero en cuanto a sabor fue la mejor tapa que probamos.


La Bermeja: Productos de la tierra con un toque de imaginación.

Restaurante "La Farándula" del Hotel Trefacio: c/ Alfonso de Castro, 7

Nuestra siguiente parada nos llevó al hotel Trefacio para degustar una tapa que entró mejor por los ojos que por la boca. A mi me gustó, pero no me dijo nada más.


Carrillera al vino tinto de Toro: Carrillera de cerdo al vino tinto de Toro (Increíble pero cierto)


Bar Sevilla: c/ Alfonso de Castro, 5

La siguiente tapa, a nuestro juicio, no pareció muy apropiada para este concurso. Unas carrilleras sin mayores alardes, pueden estar disponibles cualquier día del año. El sabor era correcto.


Solomío, solotuyo: Solomillo de cerdo sobre una base de confitura de frutos bañado con una salsa inesperada, todo ello en un montadito en un nido de patatas paja y un chupa chups cherry.

Bar El Abuelo: c/ Alfonso de Castro, 3

Siguiendo con los bares de la calle, paramos en El Abuelo, donde lo más llamativo fue la sonrisa permanente de la camarera. De comer, un montadito que no falla, pero que desde luego no sorprende. Bien rico, pero con la sensación de tenerlo un poco visto.


Merlú: Solomillo relleno de jamón, queso y salsa española.

Café Bar Merlú: c/ Flores de San Torcuato, 4 Bajo

No es que la presentación del Merlú fuera el acabose, pero sí que le dio un minipunto a favor, y además, estaba bastante buena.


Oro: Sólo tres ingredientes que nosotros consideramos “oro”, -Aceite de oliva virgen de Fermoselle -Boletus de Aliste -Foie de Soria

Restaurante Círculo de Zamora - La Oronja: c/ Santa Clara, 2 -1º

En la Oronja encontramos, posiblemente, la mejor presentación de todas. El lingote era espectacular, pero la textura, muy gelatinosa, fue algo que no agradó a todo el mundo. A mi me gustó, pero hay que reconocer que es una tapa bien arriesgada.


Fast-cenante: Mini hot-dog elaborado 100% de forma tradicional en nuestra cocina con productos zamoranos y acompañado con extras muy sabrosos que le dan ese toque gourmet que nos caracteriza.



Restaurante Ágape: Plazuela de San MIguel, 3

Para acabar la hora de la comida, fuimos al Ágape para encontrarnos con una curiosa, a la par que sencilla, presentación. Dentro de la caja nos encontramos con un miniperrito y un postre de fresa. El miniperrito rico, pero muy visto, tal y como pasa con la minihamburguesa. El postre resultó bastante insípido.


Miniperrito: Salchicha, queso, setas, salsa...

Bar Cafelia: c/ Viriato, 3

En el Cafelia otro miniperrito y la misma historia de siempre.


Toques: Gelatina de tomate, queso tierno de cabra de Fornillos, esturión ahumado, aromatizado con hierbas.

Café Viriato: c/ Viriato, 6

Los ingredientes de la tosta del Viriato no me atraían demasiado, pero el sabor me fascinó desde el primer bocado. Bendita mezcla del queso con el esturión.


Peineta: Concha de vieira rellena de vieira, calamar, mejillones, gambas y setas.

Bar Restaurante Casa Bernardo: Pza. San Miguel, 2

Muy rica la combinación servida sobre la concha de vieira.


Goose Meat Mini Burguer: Mini hamburguesa rellena de carne deshilachada de oca con queso fundido y salsa.

Café Marlene: c/ La Reina, 1

Otra minihamburguesa, de oca en este caso, al buche...


El cucurucho: Parmentier de patata con porciones de pulpo, acabado con un caviar de aceite de oliva, arena de pimentón y aire que realza los sabores.

Restaurante La Manzana Verde: c/ La Reina, 5

Bonita presentación de una tapa muy rica. Por suerte, tenía más pulpo del que pensé que habría.

Con esta tapa, más unas cuantas sidras, dimos por terminada la jornada.


Adivina Adivinanza: Crepe saladito relleno de picada de ternera y cerdo picado que se ha estofado con cebollitas y almendras, todo ello producto zamorano y morrones de Benavente, pasas del sobrao del pueblo que se cocina con aceite de pimientos picantes de Zamora y regado con reducción de vino de Toro y frutos secos.

Restaurante Bar La Baraka: c/ Sotelo, 1

Una gran tapa para comenzar el día. Lo mejor, su salsa.


Bocado di Bacco: Nuestra interpretación de la clásica lasagna. Una capa de rabo de toro con boletus. Otra con pimiento asado natural y la última de calabacín acompañado de mermelada de tomate y patatas paja.

Restaurante La Bocca Di Bacco: c/ Del Aire, 5

Pánico me daba la capa de calabacín, pero me tragué mis pensamientos nada más probar esta tapa espectacular.


El otro velero: Los ingredientes de un tradicional velero tratado de forma diferente.

Bar Los Abuelos I: c/ Herreros, 4

Nos despistamos y nos quedamos sin hacer la foto.

Esta tapa consistía, en su mayor parte, en un vasito con una crema de mejillones y bechamel. Esta tapa no gustó en mi grupo, pero a mi sí, que con bechamel me comería hasta un trozo de neumático. Hubiera estado mejor si los tropezones de mejillones hubieran sido más pequeños.

Después de este bar perdimos bastante tiempo intentando encontrar otro que no tuviese las tapas agotadas, por lo que no probamos más hasta la tarde.


4 Delicias: Crema de garbanzos con salsa de chorizo caramelizado y un huevo escarchado con jamón.

Café Bar  QTR: Av. Príncipe de Asturias, 17

Otra tapa impresionante. A punto estuve de pedir más para llevar.


Brisa de Ogoño: Chipirón de ogoño relleno de carrillera estofada al vino tinto de Toro con reducción de nueces y sabores de Benavente.

Café Loft: Av/ Príncipe de Asturias, 15 (Esquina Amargura,1)

En general nos resultó bastante insípida. Acabamos rápidamente y pasamos al siguiente bar.


Trampantojo:

Cafetería Brasilia: Av/ Tres Cruces,7

Los trampantojos deberían parecer una cosa y ser otra, pero en este caso parecía un chipirón rosa... y era un chipirón pintado de rosa. No recuerdo de qué era el relleno exactamente, pero estaba bueno, aunque sin destacar.


Plaisir de la mer: Gelé de langostino, mousse de langostino y langostino crujiente (langostino en texturas con sorbete de lima)

Restaurante París Qatorce: Av/ Portugal, 14

Una tapa riquísima. Desde el langostino crujiente hasta la mousse.


Hole in one: Bola de golf de Queso de cabra, miel y nuez sobre tierra de senderuela y brotes de canónigos.

Restaurante Capitol: Pz/ Santa Eulalia, 12

Fuimos exclusivamente porque me llamó la atención la foto que había en la aplicación, y me gustó incluso más cuando la tuve ante mis ojos. En cuanto al contenido, pues era una ensalada elegante, pero muy rica.


Sorpresa: ginebra seca y dulce, angostura, pimienta negra y genjibre.

Café Marlene: c/ La Reina, 1

Bonita presentación, pero su sabor, bastante fuerte, no gustó a todos.

  
Amazón: vodka negro, sprite, azúcar moreno y lima.

Gran Café Jalisco: Pza. del Fresco, 1

El vodka negro me suele gustar, y este cóctel no supuso una excepción.


Pincho Moruno: Uno que sí y uno que no

Bar Lobo: C/ Horno de San Torcuato, 1

No entraba dentro de concurso, pero ir a Zamora y no ir a por un pincho del Lobo, me parece un delito.

Y hasta aquí nuestra andadura en este festival. El nivel me sigue pareciendo bien alto, así que ya esperamos con ansias volver el año que viene.