jueves, 9 de abril de 2015

Sidrería Teitu - Madrid

Semana Santa: ese periodo del año en el que podemos reflexionar ponernos hasta arriba de comida porque sí. Porque nosotros lo valemos. Madrid, que se ha vaciado bastante durante esos días, se vuelve propicio para poder comer sin reserva previa.

Haciendo caso del buen paladar de mi prima, fuimos al Teitu, un restaurante asturiano cerca de Cuzco. La decoración es bien bonita, llamándonos principalmente la atención los zuecos o unas mesas más recogidas bajo unos hórreos.

Nada más sentarte, preguntan si quieres ir tomando algo para beber. Yo pedí una sidra... de la que me sirvieron medio vaso ancho. Se ve que no conocen los culines. Eso sí, la sidra estaba buena.



De aperitivo nos sirvieron queso curado con uva. Estaba rico y de paso se aprovecha para probar el pan artesano que sirven. No soy muy panero, pero por éste hago todas las excepciones que hagan falta.



La carta está llena de tentaciones, pero siendo sólo dos, no hay mucho margen de maniobra. Las mollejas de lechal salteadas con ajetes que pedimos estaban bastante buenas, pero palidecerían ante todo lo que nos quedaba por probar.



Con el otro entrante no tuvimos dudas. El pulpo a la brasa que pedimos nos emocionó. Se cortaba con el tenedor como si fuese mantequilla (de la buena). El alioli suave que venía con él, mejoraba un poco más, si cabe, su sabor.



De segundo pedimos, por un lado, el solomillo de buey a las brasas con sal Maldon. Estaba espectacular, pero tenía el tamaño de una ración infantil, y a mi, que suelo valorar la cantidad (vale, la calidad también, que soy muy especialito) me decepcionó por esa parte.



Como también quisimos probar el pescado, escogimos la merluza a la gallega. Estaba para quitar el hipo. Incluso las patatas estaban buenas, y eso que para mi sólo son un elemento que aporta llenazo al estómago.



Teniendo en cuenta la calidad de todo lo que habíamos comido hasta el momento, teníamos puestas grandes esperanzas en los postres... y estos no defraudaron. Las filloas rellenas de crema estaban increíbles. Tanto la masa como el relleno fueron perfectos.



Y si las filloas estaban buenas, el sorbete de manzana estaba todavía mejor. La textura era muy suave y el sabor era rico sin empalagar. Posiblemente sea el mejor sorbete que hayamos probado.

El servicio fue, en general, excelente. A la altura de la comida. Tanto el camarero que nos tomó la nota como la que nos fue trayendo los platos estuvieron impecables. Encontramos un defectillo en el vino, y nos lo cambiaron sin poner una sola cara rara. La parte negativa fue que el camarero que después nos trajo la cuenta y los postres, parecía tener unas ganas locas por marcharse y fuimos la única mesa a la que no se nos invitó a un chupito. Por supuesto, fue sólo un detalle que no empaña, ni de lejos, la experiencia.

No quiero tampoco dejar de comentar una cosa que nunca me ha gustado, y es que en la carta, el IVA no está incluido en el precio de los platos. Se especifica claramente, pero eso no hace que esté de acuerdo.

Tocamos a 70 euros por cabeza, que no es poco precisamente, pero entre que ir en pareja siempre sale peor (no por la compañía, que todavía me la cargo), sobre todo cuando se va sin cortarse un pelo, y que la calidad servida justifica un precio mayor, salimos más pobres pero encantados.




Ficha:

Sidrería Teitu
c/ Capitán Haya, 20
28020 Madrid
Tlf: 915 56 21 14
Web: Teitu


Lo mejor:destacaron el pulpo y el sorbete
Lo menos bueno: el tamaño del solomillo
Precio: 70€

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