Tras un fin de semana de casa rural en Triollo, pueblo situado en la Montaña Palentina, teníamos que decidir dónde comer el domingo, que con todo el rollo de recoger no apetece ponerse a cocinar. Tras una breve deliberación, decidimos movernos hasta Vidrieros, un pueblo cercano, para comer en el mesón El Molino de Vidrieros.
En la parte de abajo del local tienen el bar, y en la de arriba el salón, que tenía un tamaño grande para lo que me esperaba de un pueblo tan pequeño. Siendo ocho adultos, más tres niños con derecho a silla, tuvieron el detalle de colocarnos en una mesa redonda grande, lo que ayudó mucho a la conversación.
Se podía comer a la carta o de raciones, pero el buen precio de los menús, entre 15 y 22 euros, nos hizo decantarnos por estos últimos.
En la parte de abajo del local tienen el bar, y en la de arriba el salón, que tenía un tamaño grande para lo que me esperaba de un pueblo tan pequeño. Siendo ocho adultos, más tres niños con derecho a silla, tuvieron el detalle de colocarnos en una mesa redonda grande, lo que ayudó mucho a la conversación.
Se podía comer a la carta o de raciones, pero el buen precio de los menús, entre 15 y 22 euros, nos hizo decantarnos por estos últimos.
Salvo una desalmada que se decidió por la ensalada, el resto fuimos de lleno a por los Garbanzos con chorizo, morcilla y panceta. No voy a negar que me imaginé tener un plato a rebosar, pero la ración no estaba nada mal y el sabor, que es lo que importa, era espectacular.
Ya en los segundos, la opción más económica pasaba por una Carrillera ibérica que no estaba mal, pero pasó sin pena ni gloria.
En el polo opuesto, en cuanto a precio se refiere, estaba el Chuletón de vaca. Algo más de 1 kilo de carne y hueso que estaba bien de sabor, aunque tieso de textura, lo que le hizo perder unos cuantos puntos.
Personalmente, tuve la suerte de pedir el Lomo alto, que estaba al menos tan bueno como el chuletón, pero muchísimo más tierno, lo que lo convirtió en el indiscutible ganador de la jornada.
Capítulo aparte merece la merluza, que no fue más que una opción nada aconsejable para alguien que no quisiera comer carne.
Capítulo aparte merece la merluza, que no fue más que una opción nada aconsejable para alguien que no quisiera comer carne.
A la hora de los postres, caseros como no podía ser de otra forma, probamos entre otras cosas la Cuajada y las Natillas, que estaban muy ricas.
Salimos muy contentos de este restaurante salvo por la merluza, pero gente positiva como somos, nos pesaron mucho más los aciertos como los garbanzos o el vacuno. Además, el servicio fue muy atento en todo momento y pusieron todo de su parte pese a las vueltas que les hicimos dar en ocasiones.
Ficha:
Bar Mesón El Molino de Vidrieros
c/ La Cañada, 2
c/ La Cañada, 2
34887 Vidrieros (Palencia)
Tlf: 979 866 231
Web: El Molino
Web: El Molino
Lo mejor: el lomo alto
Lo menos bueno: el pescado
Precio: 10-22 €
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