Ahora que los gastro-bares surgen como setas, y en general bien que nos gustan, teníamos pendiente visitar el Lagarejo, pero pequeño como es, conseguir una mesa nos parecía complicado. De todas formas, como los tontos tienen suerte teníamos todas las de ganar, y la primera vez que llamamos para reservar dimos en el clavo.
Como comentaba, el sitio es pequeño y sólo está la barra en la parte de abajo y tres mesas en la de arriba. La carta está llena de cosas apetecibles, así que tardamos algo más de lo habitual en decidirnos.
Como comentaba, el sitio es pequeño y sólo está la barra en la parte de abajo y tres mesas en la de arriba. La carta está llena de cosas apetecibles, así que tardamos algo más de lo habitual en decidirnos.
Empezamos con un Carpaccio de gamba blanca que nos encantó a todos. Un sabor muy fino, pero excelente que lo convierte en un plato imprescindible.
Seguimos con el Huevo a 60º con cama de foie y hongos. Aspecto previo a mezclarlo... bien. Sabor... estupendo. Cantidad.... deberíamos haber pedido tres para cada uno, porque con lo bueno que estaba, nos quedamos con ganas de más.
No podía faltar una de nuestras debilidades: el Tartar de atún rojo. En esta ocasión, sobre una base de aguacate y kumato. No me pareció que la parte de aguacate aportase mucho, pero no por ella deja de ser un tartar muy bueno.
De plato principal probamos el Medallón de solomillo de buey con foie y reducción P.X.. Muy buena carne y buen foie. Todo lo que necesito para mi supervivencia diaria.
Otro plato irresistible para nosotros, el Steak tartar, de solomillo de buey en este caso, cayó por partida doble para probar dos puntos de picante distintos. Ganó el más picante porque no chocó con el sabor de la carne, como lamentablemente nos ha pasado en algunas ocasiones.
De postre pedimos el Lingote, que lleva bizcocho, té verde, chocolate blanco, yuzu y más cosas que mi pobre memoria no pudo retener. Estaba bueno, aunque sin comparación posible con lo probado hasta el momento.
También pedimos dos Sorbetes helados, uno de mojito y otro de arroz con leche. El de mojito ni fu ni fa, de largo lo peor de la comida, y el de arroz con leche muy rico.
Como bien dijo uno de nuestros amigos, comer en este restaurante es toda una experiencia. Todos los platos fueron excepcionales, y aunque el postre estuvo algo peor no tengo ninguna duda de que merece la pena venir.
El precio me pareció muy apropiado para lo que habíamos comido, ya que tocamos a casi 45€ por persona, pero hubo una botella de tinto, una de clarete y tres postres incluidos. No quiero olvidar un detalle que me sorprendió gratamente: no se cobra por nada que no se haya pedido, ni cubierto, ni pan (y eso que pedimos más), ni servicio. Ya se lo podían aplicar el resto de restaurantes, que se aprovechan, sí, se aprovechan, de que no está mal visto.
Y en cuanto al servicio, pues bastante bien. No es complicado atender sólo las dos mesas que estábamos ese sábado, pero el camarero nos gustó. Hay que decir que decir que aquí la comida se hace en el momento, por lo que nadie se espere poder comer a toda prisa.
El precio me pareció muy apropiado para lo que habíamos comido, ya que tocamos a casi 45€ por persona, pero hubo una botella de tinto, una de clarete y tres postres incluidos. No quiero olvidar un detalle que me sorprendió gratamente: no se cobra por nada que no se haya pedido, ni cubierto, ni pan (y eso que pedimos más), ni servicio. Ya se lo podían aplicar el resto de restaurantes, que se aprovechan, sí, se aprovechan, de que no está mal visto.
Y en cuanto al servicio, pues bastante bien. No es complicado atender sólo las dos mesas que estábamos ese sábado, pero el camarero nos gustó. Hay que decir que decir que aquí la comida se hace en el momento, por lo que nadie se espere poder comer a toda prisa.
Ficha:
Restaurante Lagarejo
c/ Madre de Dios, 25
c/ Madre de Dios, 25
47011 Valladolid
Tlf: 679 41 45 19
Facebook: Lagarejo
Facebook: Lagarejo
Lo mejor: el carpaccio de gambas
Lo menos bueno: el sorbete helado de mojito
Precio: 45€