No sé cuánto tiempo llevábamos diciendo que teníamos que ir Ávila a comernos un chuletón, pero por una cosa o por otra nunca salía el viaje. Supongo que por lo complicadísimo que es llegar a Ávila desde Valladolid... en fin, que de donde no hay no se puede sacar. El caso es que ya que íbamos, lo mejor era tener información de primera mano de dónde comer un buen chuletón, y preguntando a un amigo, éste nos recomendó el restaurante El Rancho, que finalmente fue por el que nos decidimos.
Llegar puede ser un lío, pero todo consiste en ir por la carretera de Ávíla-Toledo, a 2 Km. tomar el desvío de "Nuestra Señora de Sonsoles" y dar la vuelta como para llegar a Ávila otra vez. El restaurante se encuentra a la derecha muy poco después.
El sitio, como el propio nombre del restaurante indica, es como un rancho: un edificio antiguo con decoración a juego que tiene un salón no muy grande con las mesas muy cerca unas de otras. Ese poco espacio es lo único que molesta, ya que te acabas quedando con ganas de picar en el plato que están compartiendo al lado.
Llegar puede ser un lío, pero todo consiste en ir por la carretera de Ávíla-Toledo, a 2 Km. tomar el desvío de "Nuestra Señora de Sonsoles" y dar la vuelta como para llegar a Ávila otra vez. El restaurante se encuentra a la derecha muy poco después.
El sitio, como el propio nombre del restaurante indica, es como un rancho: un edificio antiguo con decoración a juego que tiene un salón no muy grande con las mesas muy cerca unas de otras. Ese poco espacio es lo único que molesta, ya que te acabas quedando con ganas de picar en el plato que están compartiendo al lado.
Para acompañar la carne pedimos una ensalada... tamaño familiar. Estaba correcta, pero la pega estaba en el precio, ya que sin comentar nada hicieron un: "cuatro personas a un precio de 2,40€ la ensalada hace un total de 9,60€", dicho así con voz del programa Un, Dos, Tres. No sé, pagar casi 11 euros, con el IVA, me parece demasiado... sobre todo cuando no se advierte de ello.
El plato estrella del restaurante, capaz por sí solo de derrocar gobiernos y provocar guerras (exagerando una pizca), es el chuletón de ternera. Está hecho a la brasa, lo que lo hace más jugoso, y además consiguen dejar la carne perfecta para nuestro gusto, es decir, casi tuvimos que callar al animal para que no mugiera (evidentemente ya no exagero, es sólo que las vacas de hoy en día son unas blandengues).
En la foto no parece una pieza demasiado grande, pero en directo, cuando trajeron las tablas con los chuletones, llegamos a dudar que cupieran en la mesa. De sabor estaba espectacular, haciendo honor a esa fama que tienen los chuletones de Ávila.
Por probar un corte de carne diferente pedimos un solomillo que, lamentablemente, no tuvo ni punto de comparación con los chuletones. Para empezar, estaba un poco hecho de más, pero lo peor es que el corte no era muy bueno y tuve que pelearme con bastante "nervio". Esto me pasa por desviarme del propósito de la visita.
De postre pedimos unas natillas caseras que estaban ricas, pero en parte me dio pena meter otro sabor en mi boca que no fuera de carne.
También pedimos una tarta de queso de la que ni pude hacer foto ni la probé, pero me dijeron que estaba bien.
La única pega que le pondría a este sitio es que considero que el trato de los camareros podría ser algo mejor. No es que tengamos quejas graves, pero hubo un momento en que al abrir un camarero la puerta del salón, lo hizo con bastante fuerza y ésta golpeó con violencia la silla donde se sentaba un amigo. Pese a lo evidente de la situación, el camarero no hizo ni el más mínimo amago de venir a disculparse. Por lo demás, fueron bastante lentos en la parte final de la comida, pero estando felices con la carne no íbamos a hacer ningún drama.
También pedimos una tarta de queso de la que ni pude hacer foto ni la probé, pero me dijeron que estaba bien.
La única pega que le pondría a este sitio es que considero que el trato de los camareros podría ser algo mejor. No es que tengamos quejas graves, pero hubo un momento en que al abrir un camarero la puerta del salón, lo hizo con bastante fuerza y ésta golpeó con violencia la silla donde se sentaba un amigo. Pese a lo evidente de la situación, el camarero no hizo ni el más mínimo amago de venir a disculparse. Por lo demás, fueron bastante lentos en la parte final de la comida, pero estando felices con la carne no íbamos a hacer ningún drama.
El precio, sin contar lo anecdótico de la ensalada, me pareció bastante bueno, y es que pagar 35€ por cabeza por el entrante, el vino, la carne, dos cafés y un postre, deja un buen sabor de boca.
Ficha:
Restaurante El Rancho
Restaurante El Rancho
Carretera Ávila-Toledo, Km 2,6
05002 Ávila
Tlf: 920 22 00 02
05002 Ávila
Tlf: 920 22 00 02
Web: El Rancho
Lo mejor: el chuletón
Lo menos bueno: el solomillo
Precio: 35 €
La comida en general, y las carnes en particular, son espectaculares. Buenas carnes y muy bien cocinadas. el trato del personal correcto, profesional y muy agradable hacen que la estancia sea placentera, pero hay que poner un punto negativo en algo que parece absurdo: "Los cubiertos". No se puede servir un buen chuletón y pretender que el cliente lo trinche con un cuchillo de los chinos, o similar. Imposible hacerte con la carne y partirla correctamente. Se lo comentamos al camarero y trajo otros cuchillos que tampoco servían para esa misión. Insisto, parece increíble que en un restaurante así, las herramientas sean de un restaurante de 6 euros el menú. Eso hay que mejorarlo.
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